22 julio 2007

SAN PEDRO DE LA NAVE

A LA BÚSQUEDA DE LOS VISIGODOS

Los visigodos. Los creadores del primer reino cristiano en la península tras la desaparición del Imperio Romano de Occidente. Un pueblo germánico borrado de la faz de la Historia por el empuje de la religión islámica, a comienzos del siglo VIII. La crónica de una monarquía nunca consolidada, pero de la cual los alumnos de hace muchos años teníamos que aprendernos, uno a uno, los sonoros nombres de sus reyes: Sisenando, Teudis, Atanagildo, Suintila. Quizás de aquella infancia de monarcas visigodos me viene mi especial devoción por este pueblo. Probablemente, sabemos de ellos hoy más que lo que ellos mismos conocían de sí. Y sin embargo, es muy poco en realidad lo que sabemos. Y esto mismo puede decirse también de su arquitectura.

De época visigótica se nos han conservado en la península unas cuantas iglesias que constituyen, junto con algunas interesantes muestras de orfebrería, la mejor manifestación del arte de este pueblo. Mi particular interés me ha llevado a recorrer la península buscando esas iglesias, a veces puras ruinas, en otros casos con muchos añadidos y reconstrucciones posteriores. Pero todas igualmente interesantes. No hay muchas y están bien dispersas por nuestra geografía, pero verlas sin prisas merece la pena: es retrotraerse a otro tiempo, a una dinámica de la vida bien distinta de la nuestra, literalmente a la Alta Edad Media.

Llegué a El Campillo (en Zamora) a eso de las seis de la tarde. Pleno mes de julio en un pueblo de muy escasos habitantes. La carretera lo cruza y te saca de él casi sin darte tiempo para decidir hacia dónde ir. Pero antes de entrar al pueblo ya se divisa la iglesia, en las afueras, casi al final. He llegado a San Pedro de la Nave, edificio paradigmático de la arquitectura visigótica, trasladado aquí hace ya casi ochenta años, para salvarlo de las aguas de un pantano en construcción.

Una iglesia de planta compleja: combina la cruz griega con la estructura basilical. Tiene un crucero y una capilla mayor, de testero plano, así que semeja también una cruz latina. Sobre las razones de esta organización del espacio no hay acuerdo entre los especialistas. Para unos, se trataría de un error durante la construcción, que obligó a un replanteo de la edificación; para otros, la extraña planta obedece a los distintos usuarios del templo: de un lado, los miembros de una comunidad monacal, que ocuparían la zona más próxima a la cabecera; de otro, los fieles de la zona, que acudirían a las misas y demás ceremonias religiosas.

No importa, a fin de cuentas. Aquí están visibles el maravilloso uso de los sillares colocados en seco, el empleo de un módulo constante (la vara o grado, de 80 cm.), el hermoso arco de herradura, esas naves anteriores al crucero y esos espacios que lo continúan y que han sido tan debatidos (¿son celdas para los monjes?, ¿son sacristías?). Y puedo ver también esas ventanitas tríforas, precedentes directos de las del arte prerrománico, mientras los turistas entran y salen con prisas, dedicando a la iglesia una media de cinco minutos. No reparan apenas en los cimacios, en los capiteles con esas escenas impresionantes del sacrificio de Isaac y de Daniel en el foso de los leones. No ven los frisos decorados, con roleos, con motivos vegetales; el caballero con su perro, esas aves que simbolizan a los bienaventurados, los apóstoles que pecaron en alguna forma contra Cristo y fueron perdonados (Pedro, Pablo, Felipe y Tomás). El mimo ingenuo del tallador de relieves, que no supo representarnos unos fieros leones y los coloca mansamente bebiendo.
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Son más de las ocho de la tarde cuando salgo del templo. Lo hago convencido de que llegar hasta aquì ha merecido la pena, como sucede siempre que se visitan estos monumentos "únicos" que son las iglesias visigodas. Esta de San Pedro de la Nave es del final del siglo VII, tal vez de comienzos del VIII, cuando ya era inminente la llegada de los musulmanes, si es que no se había producido ya.
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Me marcho, pero sé que otra iglesia visigoda me está esperando. es ya la última que me queda por ver... a no ser que se descubra otra nueva. Con los visigodos, nunca se sabe.

He aquí una interesante descripción de la iglesia y de su proceso constructivo, con buenas fotografías. Del mismo tenor son esta página sobre el románico zamorano y esta otra, sobre el arte prerrománico. Y, como siempre, desde la página de románico aragonés, se ofrecen interesantes fotografías y una correcta descripción del templo. Por último, en esta revista electrónica se analiza el programa iconográfico de la iglesia. Y como contribución personal, esta presentación que sintetiza en imágenes esta maravilla arquitectónica.


12 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Juan Diego, como ves, aunque no deje muchos comentarios, te sigo de cerca. Merece la pena.
Sólo quería decirte, aprovechando tu comentario sobre las sorpresas que pueden darnos los visigodos todavía, que, según parece, muchas de estas iglesias consideradas visigodas desde antaño, están siendo revisadas en su datación. Principalmente a través del trabajo de Caballero Zoreda, del CSIC.
No he podido leer nada de él aun, pero me he topado con algunas referencias a su trabajo y, al parecer, tiende a fecharlas en épocas posteriores a las tradicionales.
Un cordial saludo.

Juan Diego Caballero dijo...

Hola, anguloscuro:
Un gran placer leerte y contestarte, porque este es un tema que me interesa mucho. A grandes rasgos, señalarte un par de cosas:
a) Conozco los trabajos de Caballero, que en gran medida vienen a rectificar lo que el mismo planteó en su tesis doctoral. Lo cual, desde luego es muy merritorio y muy poco corriente entre nuestra "clase universitaria".
b) Pero mal va a poder Caballero afirmar que todas las iglesias visigodas ya no lo son. En alguna, como sabes, hay ¡un texto de Recesvinto! ¿Se tiró un edificio anterior y cuando se hizo el nuevo se colocó allí otra vez esa vieja lápida? Parece poco probable.
c) En resumen, creo que el problema de la cronología de estas iglesias va a tener poca solución (es muy interesante todo lo que, al respecfto ha aportado El Trampal, en Cáceres)y que seguirá la polémica. ¿Cuántas veces ha cambiado Melque de fecha?
d) Por último: ¿qué pasa con los arcos de herradura? ¿Ya no son visigodos?
En fin, para estar de vacaciones, vaya debates que nos traemos. Luego dirán.
Por cierto, hace tiempo que no entraba en tu blog: un apartado completo para Zamora. No me queda otro remedio que leérmelo.
Saludos cordiales y feliz verano
JDC

Unknown dijo...

Hola de nuevo Juan diego.
Pues precisamente, creo haber leido algo sobre la posible reutilización del grabado en San Juan de Baños. No me hagas mucho caso.
Respecto al arco de herradura, precisamente hablando de Zamora, visitando el museo que hay cerca de las ruinas de Petavonium, pude ver una estela funeraria en la que como fondo de incluían unos arcos de herradura. No tengo idea de cómo se ha interpretado este hallazgo, que supongo retrasaría el origen del arco a época romana. ¿Sabes algo de ello?
Un saludote.

Juan Diego Caballero dijo...

Veamos anguloscuro:
Si te enteras de algo relativo a una posible nueva datación de la lápida de Venta de Baños, te agradeceré me lo comuniques.
En cuanto al arco de herradura, hasta donde yo sé, su origen se encuentra en la arquitectura romana bajoimperial, aunque con muy escaso uso. Pero como no creo que nadie afirme que los de las iglesias visigodas pertenecen a época romana, sólo nos quedaría que fuesen del arte islámico (cosa imposible, claro está) o del mozárabe y, entonces, volvemos a las mismas: el debate sobre Melque.
Saludos cordiales,
JDC

JLPA dijo...

Muchas gracias, como siempre, por el estupendo reportaje. Me alegro que saques a la luz el arte visigótico. Muy interesante. Esperaré espectante al futuro posible análisis de la ermita de Quintanilla de las Viñas (Burgos).

Saludos desde Madrid

Juan Diego Caballero dijo...

Pues nada, jlpa, me alegra que te guste el arte visigótico. Y llegará Quintanilla, que es (por cierto) la única iglesia visigótica que me falta por ver. El problema es cuando tener tiempo para "acercarse" desde Sevilla.
Saludos cordiales
JDC

Anónimo dijo...

Leerte es quizá mejor que visitar la iglesia. Porque, además de describir las cosas en las que muchos no repararíamos, transmites y contagias sin más tu ilusión por el arte. Como me queda cerca, y ya con la lección aprendida, iré a visitarla a partir del 15 de agosto, tú sabes por qué.

Un abrazo,

Koyo

Juan Diego Caballero dijo...

Hola, Koyo:
Ni lo dudes. Ver la iglesia en directo es mejor que cualquier lectura. Así que acude a verla. Notarás que hay allí algo telúrico. Que la Historia nos alcanza.
Saludos cordiales
JDC

Anónimo dijo...

hola soi de valdepedices me encanta ver ke hya personas ke se moles en difundir la cultura de mi tierra gracias

Juan Diego Caballero dijo...

Hola, anónimo lector. la cultura de tu tierra forma parte de las raíces de todos. Jamás olvidaré la impresión que me produjo mi visita a San Pedro.
Saludos cordiales
JDC

Anónimo dijo...

Gracias compañero por compartir tus conoimientos.

Juan Diego Caballero dijo...

Y gracias a ti, seas quién seas, por tu visita. Saludos cordiales.JDC

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