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22 julio 2010

MASTABA

EN BUSCA DE LA INMORTALIDAD

Una de las más antiguas creencias de la religión egipcia es la de que tras la muerte el alma del difunto continúa teniendo necesidad del cuerpo, sin el cual no sería posible la vida eterna. De ello se deduce la necesidad de preservar el cadáver a toda costa, lo que explica la aparición en la cultura egipcia de sofisticados sistemas de embalsamamiento, existentes ya en la época predinástica. Obviamente, si de lo que se trata es de preservar el cuerpo del difunto para la eternidad, es necesario garantizarle un alojamiento apropiado. Y ésta es la concepción de la tumba que poseían los antiguos egipcios: el lugar donde tras la muerte el cuerpo y el alma lograban fundirse nuevamente para disfrutar los placeres de la vida eterna empleando para ello, entre otras cosas, las propias ofrendas depositadas en la tumba.

Superior e inferior: Mastaba de Niakhkhnum y Khnumhotep. V Dinastía. Saqqara.

Aunque no existen datos fidedignos al respecto, se estima que esta creencia en la inmortalidad fue en un primer momento atributo exclusivo de los primeros faraones. Sin embargo, éstos debieron entender muy pronto que una vida eterna sería poco satisfactoria si en ella no contaban con otros miembros de la familia real y, al menos, con los funcionarios más distinguidos de la corte. De tal modo que debieron ser los primeros reyes del Imperio Antiguo, en la primera mitad del tercer milenio a. C., quienes comenzaron a conceder a tales funcionarios el privilegio de poseer su propia tumba en el conjunto de la necrópolis real; sepultura que además era financiada en su totalidad por el propio faraón.

Tal es el origen de las mastabas, esas sepulturas de forma troncopiramidal realizadas en piedra que encontramos a cientos en las más importantes necrópolis del Imperio Antiguo. La palabra en sí  misma es de origen árabe y puede traducirse como banco o banqueta, lo que hace clara alusión a su forma. Se trata del primer tipo de tumba monumental del antiguo Egipto, del cual acabarían derivando con el tiempo la pirámide escalonada y, poco después, la pirámide perfecta. Antes de estas creaciones, los primeros faraones egipcios y sus familiares más próximos, así como otros personajes destacados de la corte (sacerdotes y altos funcionarios) acabaron sus días depositados en sus correspondientes mastabas.

Izquierda (superior e inferior): esquemas de una mastaba. Derecha: Estela falsa-puerta.

Básicamente, podemos distinguir dos partes en la mastaba: la visible, realizada con sillares de caliza, adopta esa forma que le da nombre. De aspecto macizo, en ella se dispone una capilla o cámara de culto, orientada a la salida del Sol. En su centro se sitúa un pozo vertical que atraviesa toda la estructura y conduce a la segunda parte de la tumba, de carácter subterráneo: uan cámara sepulcral en la que se coloca el sarcófago que custodia el cadáver momificado del difunto. A partir de este prototipo originario, fueron produciéndose algunas variaciones, la más importante de las cuales fue abrir en la capilla un pequeño compartimento ciego (el serdab) para colocar la estatua del propietario de la tumba. A veces,se ampliaba la propia capilla, dividiéndola en varias cámaras comunicadas entre sí. En una de ellas se colocaba la estela falsa-puerta que abría la comunicación con el otro mundo. En ocasiones tales cámaras se cubren con bajorrelieves que narran la vida del fallecido. Pese a todo, ¿quién podría garantizar al distinguido egipcio enterrado en la mastaba que su propio cuerpo se conservaría eternamente? A resolver este gran problema atiende precisamente la estatua colocada en el serdab: llegado el caso, serviría como sustituto del cadáver.

En resumen, con las mastabas egipcias vemos concretada una idea que quizás ha preocupado al ser humano desde su propio origen: la de garantizarse la inmortalidad. Y tal vez, aunque quienes yacían enterrados en ellas no la hayan disfrutado, no cabe duda de que las tumbas que diseñaron para sus ambiciosos propósitos muestran todavía hoy sus intenciones. En algunos casos, de su construcción han pasado ya casi cinco mil años, aunque la inmortalidad debe ser mucho más larga. No aspiro a saberlo.
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Mastaba de Khoufoukhaf. IV Dinastía. Gizeh.
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Aquí tenéis una información básica sobre las mastabas de la necrópolis de Saqqara, con algunas fotos. Como ejemplo de una de estas construcciones, la tumba de Mereruka, de la VI dinastía, visitad esta página. En cuanto a las mastabas de la necrópolis de Gizeh, en este enlace podéis acceder a su Biblioteca Digital  y descargaros en PDF varias publicaciones monográficas.

25 septiembre 2009

IMHOTEP

EL PRIMER NOMBRE EN LA HISTORIA DEL ARTE

No, no nos estamos refiriendo a ese personaje un tanto deleznable que aparece haciendo de momia en una famosa película de aventuras. Hablamos del verdadero Imhotep, a quien le cabe la suerte de ser el primer artista conocido. Antes de él, desde la época de las pinturas paleolíticas, han llegado hasta nosotros numerosas obras de arte, pero el tiempo ha borrado la memoria de quienes las crearon. En el caso de este Imhotep probablemente hubiese sido así también si nuestro personaje, además de dedicarse a tareas artísticas de carácter arquitectónico, no hubiese desempeñado además otras importantes actividades.

Estatua sedente de Imhotep. (Hacia siglo III a.C.) Nueva York.

Más de dos mil años después del paso de Imhotep por este mundo, Manetón (un famoso sacerdote e historiador egipcio que escribió a comienzos del siglo III a.C.) hacía referencia a nuestro arquitecto y señalaba de él que Imhotep "a causa de su conocimiento de la ciencia médica está considerado por los egipcios como Esculapio; él inventó el procedimiento de la piedra tallada para la construcción de monumentos y se dedicó también a las letras". Así que no debió ser poca cosa este hombre para que dos milenios después de su vida, ya en la época saíta, se le considerase en su país como dios de la medicina y se le representase en numerosas esculturas, sentado y con los rasgos característicos de los escribas, de quienes se le consideraba protector.

Vista aérea del complejo funerario de Sakkara (hacia 2650 a.C.). Egipto.

En realidad, son pocas las informaciones que tenemos de Imhotep. Ni siquiera conocemos su tumba. Pero como fue coétaneo del faraón Zoser (Djeser), de la III Dinastía, podemos calcular que vivió durante el siglo XXVII a.C. Lo que sí nos han conservado los textos son algunos de los importantes cargos que ocupó al servicio del citado faraón: arquitecto de todas las obras del rey, juez supremo, portador del sello real, inspector de la secretaría del rey, sumo sacerdote de la ciudad de Heliópolis, médico real. Y luego hablamos del puriempleo en las sociedades desarrolladas.

Plano (arriba) y vista de conjunto (abajo) del complejo funerario de Sakkara. En el centro, la pirámide escalonada de Zoser.

Pero a nosotros nos interesa aquí, especialmente, la obra de Imhotep como arquitecto y, en este sentido, su contribución a la historia del Arte es enormemente relevante, porque fue él quien planificó y dirigió la construción del complejo funerario de Sakkara, que albergó la tumba de Zoser, la famosa pirámide escalonada, y que supone la consolidación en el país del Nilo de la arquitectura monumental en piedra. En efecto, hasta entonces la construcción egipcia habían empleado de manera conjunta el ladrillo de adobe y la piedra, pero con Imhotep éste material, la piedra caliza, se vuelve ahora exclusivo, buscando la duración eterna del edificio.

En realidad, Imhotep no levantó solamente en Sakkara una tumba para su faraón. Fue mucho más allá, diseñando un amplio conjunto funerario completamente amurallado de 544 metros de largo por 277 de ancho, al que se accedía por una única y estrecha entrada flanqueda por torres. Dentro de tan amplio recinto se situaban, además de la famosa pirámide, un templo funerario, varios patios, otras tumbas menores, una residencia que ocuparía el faraón durante las ceremonias allí celebradas, diversas capillas y otros edificios secundarios.

Acceso al compleo funerario de Sakkara.

Obviamente, en este amplio proyecto la construcción más destacada es la pirámide escalonada, concebida como una superposición de seis mastabas, cada una de ellas de dimensiones más reducidas que la anterior y que se elevaba originariamente a 60 metros de altura. La arqueología ha podido dilucidar el proceso constructivo de la pirámide, en cuyo transcurso se produjeron diversas modificaciones de trazado, como si el arquitecto fuese aprendiendo de su propia experiencia e introduciendo sobre la marcha alteraciones respecto al proyecto original. Incluso se realizó un pozo subterráneo de 28 metros de profundidad, donde quedó situado el sarcófago que acabaría guardando la momia de Zoser.

Inferior. Proceso constructivo de la pirámide escalonada y detalle de sus sillares de caliza.

Podemos concluir que Imhotep sirvió cumplidamente a su señor, a cuyas órdenes había realizado todo tipo de actividades. Y lo que aún era más importante para los egipcios, levantó para el faraón el más amplio complejo funerario que jamás se construyó en el país. Su rey buscaba la eternidad y el arquitecto trató de facilitársela recurriendo a la piedra. No sé si serán eternas estas construcciones, pero han subsistido medianamente bien al paso de más de 4600 años. Dicen que la eternidad dura mucho más y tal vez la piedra no aguante tanto tiempo. Pero, probablemente, un nombre propio sí resistira: Imhotep, el primer arquitecto.

El diccionario de mitología egipcia de los "amigos de la egiptología" posee una entrada para Imhotep. Sobre este personaje, podéis leer la información que se ofrece en esta Web. Sobre Sakkara, hay muchos datos en esta página en inglés y en la de los "amigos de Sakkara".

06 octubre 2008

PIRÁMIDES

TUMBAS PARA LA ETERNIDAD

Casi siempre, cuando pensamos en la arquitectura del Antiguo Egipto, se nos vienen a la cabeza las grandes pirámides. La razón es bien evidente. No hay en todo el mundo antiguo tumbas de tamaño tan colosal, con una forma geométrica tan bien definida y con una antigüedad tal que nos hace preguntarnos cómo se pudieron levantar semejantes construcciones con unos métodos de trabajo que imaginamos primitivos y rudimentarios. Sin embargo, ahí están, desafiando al tiempo. Aclaremos de entrada una cosa: la pirámide fue un tipo de construcción funeraria empleada en Egipto durante un largo periodo de unos mil años (mediados del tercer milenio a mediados del segundo a.C.), que se extendió a lo largo de los Imperios Antiguo y Medio, aproximadamente, entre la III y la XIII dinastías.

Imhotep: Pirámide escalonada del faraón Zoser. (2668-2649 a.C. Tercera Dinastía). Sakkara. Egipto.

Sigamos rectificando posibles errores. Mucha gente creerá que en Egipto se levantaron exclusivamente las famosas pirámides de Giza y, quizás, alguna más. No fue así. Hoy van localizadas más de ochenta pirámides de todos los tamaños y formas y no hay que descartar que el futuro descarte alguna sorpresa más. Eso, sin contar los casi dos centenares de pirámides levantadas por los denominados faraones negros en Nubia. Más cosas a aclarar: puede pensarse que se trataba de un tipo de tumba reservado a los faraones. No es así. Se levantaron también pirámides para las reinas. Además, estas construcciones suelen congregar a su alrededor otras tumbas (por ejemplo, mastabas) asignadas a otros miembros de la realeza o a personajes importantes de la corte.

Pirámide del faraón Snefru. (2.613-2.589 a.C IV Dinastía). Meidum, Egipto.

Pero, ¿qué venían a simbolizar estas gigantescas tumbas? Antes que nada, el poder del mismo monarca y su concepción como uno de los dioses principales del país, capaz de competir con el mismo Sol. Ese poder del faraón deviene de su inmensa capacidad organizadora de la vida de Egipto. Así que una parte de la fuerza de trabajo disponible en el país puede derivarse, durante los largos periodos en que sea necesario, a la construcción de este tipo de tumbas. Por otra parte, hay que tener presente que estos monumentos se realizaron siempre empleando la piedra como material constructivo y que formaban parte de un complejo mortuorio más amplio que incluía un templo funerario y otras dependencias. Además, toda pirámide incluye en su interior una cámara mortuoria, a la que se accederá a través de un pasillo y, frecuentemente, otras estancias de uso diverso.

Pirámides acodada (arriba) y "roja" (abajo) del faraón Snefru. (2.613-2.589 a.C. IV Dinastía). Dahsur, Egipto.

La forma de las pirámides evolucionó a lo largo del tiempo: arranca en la III dinastía, durante el reinado del faraón Zoser. Se levanta entonces la pirámide escalonada de Sakkara, cuyo arquitecto principal fue el famoso Imhotep, que ocupó otros cargos en la corte. A comienzos de la IV dinastía el faraón Snefru tuvo tiempo de hacerse construir tres pirámides: en primer lugar la de extraña forma de Meidum con sus dos cuerpos superpuestos claramente diferenciados. Luego las dos pirámides de Dahsur, una de forma acodada y la otra ya perfecta. A partir de entonces llegamos al culmen en la costrucción de este tipo de tumbas monumentales, representado por el conjunto de Gizeh, erigido durante el gobierno de los faraones de la IV Dinastía Keops, Kefrén y Micerinos. La llamada Gran Pirámide de Keops, con sus 137 metros de altura y otros 230 de lado es por excelencia el símbolo imperecedero del antiguo Egipto y una de las famosas siete maravillas de la antigüedad, con su asombrosa orientación de sus esquinas hacia los cuatro puntos cardinales.

De derecha a izquierda pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos (2589-2504 a.C. Cuarta Dinastía). Gizeh. Egipto.

Tras pasar este momento de esplendor, se siguieron levantando pirámides en Egipto durante muchísimos siglos. No alcanzaron ya el tamaño colosal de las construidas durante la IV dinastía, pero continuaron siendo el tipo de tumba habitual para depositar en ellas el cadáver de uno de aquellos reyes-dioses del país. Sin embargo, pese al desvelo y cuidado de sus constructores, pese a los numerosos sistemas adoptados para evitar el expolio de las riquezas que sus cámaras podían albergar, prácticamente todas las pirámides fueron ya saquedas en la Antigüedad. De este modo, en los inicios del Imperio Nuevo esta forma constructiva fue sustituida por el hipogeo, que quedaba oculto en el subsuelo. Pero no se trató exclusivamente de un cambio de moda o de un intento de mantener la tumba real a salvo de los ladrones. Aún manteniendo su enorme poder, los faraones ya no podían competir con el dios sol y, en consecuencia, no era necesario levantar tumbas gigantescas que lo evidenciaran. Los templos tomarán ahora su relevo. Los propios dioses habían ganado a los faraones la carrera por el recuerdo eterno.

Pirámide del faraón Sesostris II ( 1882-1872 a.C. XII Dinastía). El-Lahun, Egipto.
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En esta sección de Egiptomanía tenéis una amplia información sobre las principales pirámides de Egipto. Su tipos y las técnicas de construcción empleadas se tratan en esta otra web y en la página de los amigos de la egiptología. En lengua inglesa, hay buenos planos y fotos en esta página. Finalmente, para fotos espectaculares, daos una vuelta por Flickr, por ejemplo, tecleando el vocablo Giza: más de cincuenta mil imágenes.

27 marzo 2008

LA TUMBA DE TUTANKAMON

UN MARAVILLOSO DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO

Probablemente, de niños, todos hemos tenido alguna vez la ilusion de que seríamos arqueólogos y un día encontraríamos un tesoro fabuloso. Pues eso fue lo que le sucedió a Howard Carter cuando en 1922 localizó la tumba del faraón Tutankamon. Tuvo la inmensa fortuna de dar con la única sepultura prácticamente intacta de uno de los antiguos reyes de Egipto, que asombró al mundo con el ajuar que contenía.

Primer sarcófago antropomorfo de Tutankamon.

Tutankamon (1345-¿1327/5 a.C.?) fue un faraón de la XVIII dinastía, que reinó en el país algo menos de diez años, hasta su muerte en condiciones misteriosas cuando probablemente no había alcanzado los veinte de edad. Desconocemos exactamente de quién pudo haber sido hijo, pero sí se sabe que sucedió en el gobierno al faraón Amenofis IV (Akenaton), quien provocó una verdadera revolución en las mentalidades del país al tratar de imponer el culto monoteísta a Atón, eliminando el sistema politeísta hasta entonces imperante. El reinado de Tutankamon se caracteriza, precisamente, por marcar ese regreso a los cultos tradicionales y sobre todo a Amon-Ra. Y esa es su única importancia histórica: su reinado fue corto, él era casi un niño o un adolescente mientras reinó y no se conocen datos relevantes de su periodo de gobierno. Además, debió vivir rodeado de una corte de adultos que probablemente tomaba por él las grandes decisiones.

La antecámara, antes y después de abrir la pared de la cámara sepulcral.

Sin embargo (o quizás por eso mismo) a su muerte Tutankamon fue enterrado como correspondía a un faraón, en una tumba en el Valle de los Reyes en la que se depositaron junto a su momia, todos los objetos que el fallecido rey necesitaría en la vida eterna. Y eso fue lo que Howard Carter encontró en 1922: una sepultura real en la que los saqueadores de tumbas, ya existentes en la misma época faraónica, sólo habían iniciado un trabajo que, por las razones que fueran, no pudieron terminar, afortunadamente.

En si misma, y comparada con otras del Valle de los Reyes, la tumba de Tutankamon es bastante insignificante: consta de una escalera descendente que conduce a un pasillo en rampa al final del cual se disponen cuatro estancias: la antecámara, la propia cámara funeraria, la cámara del tesoro y un anexo. En total, unos 110 metros cuadrados (algo así como la suferficie de un piso medio de la actualidad) y que sólo presenta decoración pictórica en una de las salas, en la que estaba depositado el cadáver del faraón. Casi nada, en realidad, comparado con las grandes dimensiones de otras tumbas reales cercanas. Nada, si pensamos en las colosales pirámides, tumbas al fin y al cabo. Pero sin embargo ésta de Tutankamon ha sido la única tumba real egipcia cuyo ajuar nos ha llegado prácticamente completo, ofreciéndonos un amplísimo muestrario de lo que eran el arte y la artesanía del Egipto antiguo. Desde esculturas hasta carros, desde muebles hasta vasijas; joyas, objetos de uso cotidiano, esculturas, tejidos, armas, capillas funerarias, etc, sin que nos olvidemos de los sarcófagos empleados para el enterramiento del faraón y, claro está, de su propia momia. Todo además con el fulgor del oro abundante. Más de 110 kilos de este metal pesaba el último de los cuatro sarcófagos, adornado también con abundantes piedras semipreciosas. Y hay en la tumba otros muchos objetos de oro. En fin, el sueño de la infancia hecho realidad. Una sola vez.

Vista de la cámara funeraria y detalle del primer sarcófago de Tutankamon.

En esta ocasión he ilustrado el texto con imágenes en blanco y negro tomadas por Harry Burton, el fotógrafo que acompañó a Carter en la excavación de la tumba. Pero para que podáis haceros una idea global os dejo aquí esta presentación que muestra la estructura arquitectónica y los tesoros hallados en ella. La música de fondo es la canción "Broken arm", que está en el disco "Every day is a new life", del armenio Arto Tuncboyaciyan. Pura delicia para unos tesoros deliciosos.



En español, "amigos de la egiptología" ofrece numerosos datos sobre este faraón, con un interesante artículo sobre la excavación de su tumba. El famoso "Tebhan mapping project" ofrece en inglés un análisis exhaustivo de la tumba, KV62, como viene haciendo con todas las del Valle de los Reyes. Buenos datos también en esta página en inglés.En "Egipto eterno" tenéis una descripción de los tesoros de la tumba, en inglés o francés, que puede seguirse con un programa de audición on line. Por último, podéis visitar "Anatomía de una excavación", una web del Instituto Griffith, de Oxford, que recoge los diarios de Carter, el archivo fotográfico y otros muchos materiales.

08 octubre 2007

POWER POINTS DE ARTE EGIPCIO

PPT INTRODUCCIÓN AL ARTE EGIPCIO. PPT ARQUITECTURA EGIPCIA

Aquí van dos presentaciones dedicadas al arte egipcio. En la primera se recoge la introducción general a ese arte: localización geográfica del país, cronología básica (asociada a las principales manifestaciones artísticas), etc. En la segunda analizamos la arquitectura egipcia, presentando sus características básicas y dando un "paseo" visual por sus principales manifestaciones, las tumbas y los templos.




04 octubre 2007

LA GRAN PIRÁMIDE

UNA "MARAVILLA" DE LA ANTIGÜEDAD

Vista aérea de las pirámides de Gizeh. Egipto.

Es de sobra sabido que de las siete maravillas del mundo antiguo sólo ha llegado hasta nuestros días una de ellas, el conjunto formado por las tres pirámides de Gizeh situadas en el Bajo Egipto, muy cerca de la actual ciudad de El Cairo. En ellas se dio sepultura a tres faraones de la IV dinastía: Keops, Kefrén y Micerinos, quienes gobernaron el país hacia mediados del tercer milenio a.C. En el conjunto arqueológico se localizan otras pirámides menores, diversos templos funerarios, la colosal Esfinge y otras dependencias quizás menos llamativas, pero igualmente interesantes.
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En cualquier caso, si hubiese que señalar un único ejemplo como símbolo de lo que fue la arquitectura egipcia de época antigua, casi nadie dudaría en citar a la llamada "gran pirámide" (aunque en las fotos, la de Kefrén, que es algo menor, suele parecernos mayor). Aquella a la que nos referimos sirvió de tumba al faraón Keops y a una de sus esposas, pese a que sus momias no han llegado hasta nuestros días. Todavía hoy resulta increible el derroche de energías empleado para construir una tumba de semejante magnitud ¡para dos únicas personas! Claro está que no puede entenderse la función de la pirámide sin tener presente su destino como morada eterna de un dios viviente y, al mismo tiempo, el hecho de que su construcción permitía organizar los esfuerzos de una sociedad a la que la crecida del Nilo dejaba desocupada durante un cierto periodo del año.
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La gran pirámide. (hacia 2570 a.C.). Egipto.
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Las dimensiones de la tumba son verdaderamente asombrosas: su altura alcanza los 137 metros (146 originalmente), de manera que una torre como la Giralda cabría de pie en su interior y aún habría hasta la cúspide más de 35 metros. La longitud de cada uno de sus lados es de 230 metros, de forma que resulta más larga que dos campos de fútbol seguidos. Sus cuatro caras presentan una inclinación homogénea de 51º y en general el conjunto evidencia un excelente manejo de la geometría, que permitió diseñar y levantar (con los medios entonces disponibles) una pirámide prácticamente perfecta. Sobre el proceso constructivo se han formulado numerosas teorías, muchas de ellas completamente absurdas. Parece obvio el empleo de una abundantísima mano de obra y se cree que la obra tardó en terminarse unos veinte años.

En fin, toda el conjunto es de piedra (caliza y granito) y su interior dispone de algunas cámaras, aunque al parecer todavía quedan partes por descubrir en el interior de tan colosal edificio. Además, no hace mucho tiempo se ha planteado una nueva teoría sobre cómo se llevó a cabo el levantamiento de la pirámide. Los misterios de los faraones, en definitiva.

Si te gustan las pirámides ésta es tu página (en español). En este enlace, podrás obtener una información muy visual sobre el conjunto de Gizeh con sólo pasar tu ratón por encima de las imágenes. Un planteamiento semejante se hace en esta web, de la BBC. Si manejas inglés, explora esta página: dispone de abundante información. En esta otra encontrarás un excelente repertorio de fotos de la Gran Pirámide. Y aquí tienes un enlace para ver una reconstrucción del proceso de edificación de la tumba de Keops, según esa nueva teoría que arriba he señalado. Quizás tengas que instalar algún visualizador y tardes un poquito, pero merecerá la pena. Para acabar, aquí dejo esta presentación sobre la Gran Pirámide. La música es del grupo Le Discóbole y forma parte de los archivos de esa reconstrucción virtual a la que me he referido. ¡Buen viaje!

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06 octubre 2006

LA ARQUITECTURA EGIPCIA.

DIOSES, TEMPLOS Y TUMBAS:
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Conjunto de pirámides de Gizeh (hacia 2570-2500 a.C.).
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Cuando alguien muere... su vida continúa... de otra manera. Esta sencilla idea, en la que los egipcios creían a pies juntillas, explica la importancia que en esta antigua civilización se le daba a la tumba, que no era, en principio, más que la morada que el fallecido emplearía en su segunda vida. Y tanto en ésta como en la otra, los dioses ocupaban un lugar de primera importancia. Estos dos hechos explican por qué, en la arquitectura egipcia, los templos (para el culto a los dioses) y las tumbas (para el difunto) son las construcciones más destacadas.
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Pirámide escalonada de Zoser (hacia 2668-2650 a.C.).
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Nos encontramos así con una arquitectura monumental, realizada para perdurar en el tiempo, hecha en piedra y adintelada: en ella la línea curva no existe, salvo en las secciones de las columnas.

Hacia el año 2650 a.C. el faraón Zoser tiene ya terminada su famosa pirámide escalonada y, menos de 100 años después, está ya levantado el conjunto de Gizeh (en el que la "gran pirámide" de Keops emerge del suelo ¡143 metros!, dejando pequeña a nuestra Giralda). He aquí la única de las "siete maravillas de la Antigüedad" que ha llegado hasta nuestros días.
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Veremos también mastabas, hipogeos, speos, grandes templos exentos... una euforia constructiva que miles de años después nos sigue dejando perplejos y nos hace reflexionar sobre la relación entre estas obras de arte y la estructura social que permitió levantarlas.

¿Queréis daros una vueltecita por el Valle de los Reyes, donde se encuentran enterrados muchos de los faraones del Imperio Nuevo, practicando (de camino) algo de inglés? No dejéis entonces de visitar esta excepcional página, que recoge un atlas completo de ese formidable lugar. O puede que os intereser más obtener una visión general de los monumentos egipcios, con fotos muy bien realizadas. En ese caso, esta página (también en inglés) es la adecuada.

Speos de Abu-Simbel (hacia 1290-1225 a.C.).

 

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