25 septiembre 2014
LOS CARTELES DEL FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA
30 mayo 2010
NICULOSO PISANO

Frente a las técnicas tradicionales (alicatado, cuerda seca, etc.) Niculoso introdujo el llamado azulejo plano policromado, al que a veces se da también su propio nombre: azulejo pisano. Se parte de una pieza cerámica cuadrangular a la que, una vez secada simplemente al sol, se le aplica el dibujo deseado a partir de un calco, tras lo cual se lleva al horno dos veces sucesivas, hasta dejar completamente fijados los colores.

Pero es que hay más cosas que admirar aquí: el rico colorido de las piezas, las alabanzas a Dios (Laus Deo), los bucráneos... Una obra que pese a basarse en un programa iconográfico de clara intención didáctica no desprecia los elementos más cultos, característicos de la mentalidad renacentista. Sí, Pisano murió sevillano, pero jamás olvidó sus raíces italianas. Es más, debió sentirse orgulloso de sus realizaciones y de lo que había conseguido cambiando de país. Su mentalidad anunciaba ya tiempos nuevos, los mismos que permitían al artista citarse en la obra a sí mismo como autor: NICULOSUS PISANUS ME FECIT A. D. 1518.
En esta Web, "retablo cerámico", tenéis información sobre Niculoso Pisano, acompañada de excelentes fotografías. Más datos en esta página de Calera de León. Leed también este breve texto sobre alicatados y azulejos andaluces y seguid, si os apetece, este itinerario azulejero. Como otras veces, las fotos de detalle de las escenas del retablo corresponden a Pablo Moriña que me acompañó a la visita con los otros magníficos viajeros.
26 abril 2009
PEDRO DE CAMPAÑA

Pedro de Campaña: " "Retablo de la Purificación" (1555-56). Capilla del Mariscal Don Diego Caballero, Catedral. Sevilla.
Unos años después, hacia 1540, llega a la misma ciudad el otro protagonista de nuestra historia. Se llama Diego Caballero (¡qué casualidad!) y regresa precisamente de América, donde ha obtenido el cargo de Mariscal de la isla de La Española y se ha enriquecido con el comercio indiano, además de ocupar cargos relevantes en la estructura política colonial. Su retorno no va a impedir que siga mostrando interés por las actividades comerciales. Pero quiere también dejar en Sevilla huellas de su paso por este mundo. De este modo consigue alcanzar el cargo de caballero veinticuatro (que lo catapulta a lo más alto de la administración municipal) y dispone del dinero necesario para que el cabildo catedralicio le permita fundar una capilla funeraria en el templo metropolitano, a la que piensa dotar del correspondiente retablo.
Izquierda: lienzo central del retablo: la Purificación de la Virgen en el templo.
Fue de esta manera como el destino acabó por unir en la ciudad de Sevilla al rico comerciante y al pintor flamenco, aunque éste era allí más conocido con el nombre castellanizado de Pedro de Campaña. Afortunadamente, se ha conservado el contrato que ambos firmaron a comienzos de 1555, al objeto de que el pintor realizase (con la colaboración de Antonio Alfián) el citado retablo. El acuerdo recogía el precio del encargo (300 ducados) y las características que habría de tener la obra, incluidos los temas de cada uno de los lienzos que debían componerla.
El resultado de este contrato es, sin lugar a dudas, la obra más interesante que Pedro de Campaña realizó a lo largo de su extensa vida: un conjunto de 8,4 metros de alto por 5,7 de ancho, con una arquitectura realizada en madera policromada de roble (que el artista subcontrató con Pedro Becerril), organizado en banco, tres calles y ático y dividido en diez lienzos, de los cuales el central y más importante se dedica al tema de la Purificación de la Virgen en el templo, que da nombre al conjunto, el cual puede calificarse sin temor a equivocación como una de las principales obras del Renacimiento hispano.
Derecha: esquema compositivo del retablo de la Purificación. debajo: detalle del lienzo central.
En este retablo, que ha regresado a Sevilla tras una profunda restauración en el Museo del Prado, se encuentran bien visibles las influencias que Pedro de Campaña había ido asimilando a lo largo de su formación incial en Flandes y de su estancia en Italia. Si atendemos al lienzo central, son evidentes la elegancia de los pesonajes, la finura de los rostros y la diversidad de los gestos; todo ello en un marco arquitectónico que demuestra el manejo absoluto de las leyes de la perspectiva. En este lienzo, como en la mayoría de los que componen el retablo, el artista supo demostrar que había asimilado las novedades que pudo conocer en Italia.


31 marzo 2009
MURILLO

Bartolomé Esteban Murillo: "Santas Justa y Rufina" (1665/66). Sevilla.
En general, y conforme a una división que se estableció ya en el siglo XIX, se periodiza la obra de Murillo en tres grandes etapas, establecidas básicamente tomando en cosideración dos cuestiones: de un lado, la progresiva tendencia del pintor a alejarse del tenebrismo que había caracterizado sus primeros años; de otro, el empleo de una determinada paleta de colores (tema muy relacionado con lo anterior) y de un tipo de pincelada que tiende con el paso del tiempo a irse haciendo más suelta.
Esta extensa Web considera a Murillo "pintor del pueblo español". Más información y comentarios de algunas de su obras en esta página y en la Wikipedia española.
16 diciembre 2008
CARMEN LAFFÓN



Inferior: Carmen Laffón: "Sanlúcar de Barrameda" (1975/77). Palma de Mallorca.
.Por lo demás, la enorme capacidad de Laffón para el dibujo, junto con los valores mecionados, ha hecho que sus cuadros sean objeto de atención preferente por parte de museos y grandes coleccionistas. Quienes somos más humildes nos contentamos con admirar estas obras en exposiciones o en reproducciones de diverso formato. Desayuno todos los días frente a una lámina de un paisaje de Sanlúcar que Carmen Laffón pintó hacia 1975/77 y que se encuentra en un museo de Palma de Mallorca. Una tenue línea separa un fondo de cielo y mar del paisaje urbano que figura en primer plano. Veo ahí lo que veía hace ya muchos años: la increíble luz que todo lo inunda, el caserío afrontado al río y al Coto. Algunos días redescubro en ese óleo un nuevo detalle que creía olvidado. Y recuerdo cosas. Otros tiempos. Luego, salgo para el trabajo. Suelo hacerlo contento.
Aquí tenéis el magnífico catálogo virtual que sobre Carmen Laffón ha publicado la SEACEX. Además en esta página podéis leer una síntesis de su biografía. Para concluir, podéis ver más obras de la artista en la excelente web de la galería sevillana Rafael Ortiz, con cuyo permiso expreso y el de la propia pintora reproduzco aqui al lado una de esas otras obras que tanto me cautivan. Agradezco a ambos su amabilidad con ENSEÑ-ARTE y en este caso espero comentarios de todos mis alumnos sobre estas obras hechas aquí, en el Sur. Donde la luz es diferente.
Carmen Laffón: "Taza con uvas" (1995).
26 marzo 2007
IN ICTU OCULI
Juan de Valdés Leal: "In ictu oculi" (1672). "Finis gloria mundi" (1672). Sevilla.

Se trata de dos lienzos rematados en medio punto, titulados "In ictu oculi" ( "en un abrir y cerrar de ojos" ) y "Finis gloriae mundi" ("Final de las glorias terrenales"). En el primero de ellos, la muerte con su guadaña nos muestra su poder: de un soplo (como le sucede a una vela que se apaga) la vida humana finaliza, poniendo límite a todos los poderes terrenales. En el segundo, Valdés nos presenta los cuerpos muertos de un caballero y un obispo. En ambos casos sus famas y sus glorias de nada les han servido, porque los dos cadáveres se encuentran en estado de pudrición. Mientras tanto, la mano de la justicia divina pesa las buenas y malas obras que en la tierra se han realizado.
EL PINTOR DE LAS INMACULADAS Y LOS NIÑOS DE LA CALLE


Bartolomé Esteban Murillo: "Niños jugando a los dados" (hacia 1675). Munich. // "Inmaculada" (Hacia 1678). ). Madrid.


23 marzo 2007
SAN HUGO EN EL REFECTORIO

Francisco de Zurbarán: "San Hugo en el refectorio" (1655). Sevilla.

22 marzo 2007
ZURBARÁN, EL PINTOR MÍSTICO
Francisco de Zurbarán: "Santa Águeda" (Hacia 1630). Montpellier. / "Santa Casilda" (1640). Madrid / "Santa Dorotea" (1640-50). Sevilla. / "Santa Rufina" (1635). Madrid.




Así pues, el cónsul la envió a una celda y la sometió a tortura. Tras pasarla por el potro, sus sicarios le arrancaron lentamente los pechos. Sin embargo, Águeda recibió el auxilio de San Pedro, que por la noche se le apareció en su celda y la sanó de sus heridas, hasta el punto de recuperar los pechos amputados.
Cuando el cónsul reparó en la milagrosa curación, ordenó que la mártir fuese quemada en la hoguera. Ya en la pira, un terremoto provocó las iras del pueblo, que achacó el seismo a la crueldad de Quintiliano con la joven. Así pues, ésta fue devuelta a su celda donde, finalmente, murió sin perder su virginidad y habiéndose mantenido fiel a Jesús.
Francisco de Zurbarán: "Santa Casilda" (1633). Madrid. / "Santa Margarita" (1631-40). Londres. / "Santa Apolonia" (1635-40). París. / "Santa Marina" (1641-58). Sevilla.