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Se conmemora estos días el cincuenta aniversario del triunfo de la revolución cubana, simbolizado en la entrada de Fidel Castro a la ciudad de La Habana el 8 de enero de 1959, poniendo fin de esta manera a tres años de lucha armada y a la dictadura de Fulgencio Batista. Buena coyuntura, por lo tanto, para repasar algunas de las fotografías de aquellos momentos, que fueron recogidos para la historia, entre otros, por los fotógrafos de la revista Life y de manera destacada por Grey Villet y Joseph Scherschel.
Arriba. Grey Villet (para LIFE): "Tropas revolucionarias entrando en La Habana" y "Rebeldes con la bandera cubana" (1959).
El blanco y negro de las fotografías de aquella época no apaga las sensaciones de felicidad, de esperanza y de recuperación de la libertad que podemos apreciar en los rostros de los cubanos de aquella hora. Hasta el clero parece asistir entusiasmado a la cabalgata militar que los jóvenes barbudos han preparado para celebrar su victoria definitiva sobre la dictadura de Batista. Jóvenes y barbudos: ahí van Fidel Castro y su hermano Raúl (éste sin barba), el mismo Che Guevara e, incluso, Camilo Cienfuegos, quien moriría en extrañas circunstancias unos meses después.
Izquierda y derecha: Grey Villet (para LIFE): "Fidel Castro durante su marcha hacia La Habana" (1959).
Y tal vez sea también el momento de repasar la literatura política de aquellos primeros compases triunfantes de la revolución y, sobre todo, el extenso discurso que Fidel pronunció el 1 de enero de 1959 en la ciudad de Santiago de Cuba, en el que introdujo su famosa frase: "el poder no me interesa, ni pienso ocuparlo, velaré solo porque no se frustre el sacrificio de tantos compatriotas, sea cual fuere mi destino posterior...Tengan la seguridad de que no están tratando con un ambicioso ni con un insolente...”.
Izquierda y derecha: Grey Villet (para LIFE): "Fidel Castro aclamado antes de su entrada en La Habana" (1959) y "Llegada a la ciudad".
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Como el tiempo puede con todo, a buen seguro que ya ha acabado con la mayoría de esas caras de ilusión y de esperanza; con una buena parte de quienes extendían ansiosos su brazos a un joven Fidel Castro que ni en un momento así se desprendía de uno de esos puros que luego tantas veces lo han caracterizado. Y es también seguro que las ilusiones acabaron por extinguirse y la dura realidad del día a día terminó por imponerse de una forma brutal, con ese gran vecino norteamericano siempre amenazante y castigador.
Arriba: Joseph Scherschel (para LIFE) "Camilo Cienfuegos y Raúl Castro". (julio de 1959).
Pero es que ya han pasado cincuenta años desde que se captaron aquellas imágenes. Y los dos hermanos Castro (uno, desde un hospital; el otro, desde la presidencia del Estado) continúan dirigiendo el país. Cincuenta años llevan en esa tarea. ¿Seguirá habiendo palomas de libertad en Cuba? Aquí, en España, el más eterno de nuestros dictadores no alcanzó los cuarenta años en el poder. Pues eso, la canción de Carlos Puebla dice: "y en eso llegó Fidel". ¡Todavía no se ha ido!
Francisco Altuna "Fidel y Camilo con las palomas" (enero, 1959).
Ved este montaje de ocho fotografías sobre "Fidel castro: los primeros pasos" y leed más sobre "las palomas de Fidel". Por último, aquí podéis enlazar con todas las fotografías de Grey Villet sobre el triunfo de la revolución cubana.
15 comentarios:
Uff, Cuba necesita un aire nuevo, respirar juventud y no gerontocracia que huele a naftalina. Se podría haber hecho mucho mejor, pero es lo que hay, y ya que los hombres no lo han cambiado, lo cambiará el tiempo y Cuba podrá saborear la libertad de unas elecciones libres de una vez por todas...
Personalmente, opino que sigue siendo vergonzoso que dictaduras como las de Fidel Castro sigan existiendo, pero como historiador, no he más de valorar el hecho que supone más allá de aplicasciones morales. La cuestión es que este personaje subió al poder apoyándose en otra figura siniestra como la de Ernesto Ché Guevara (curiosamente, ambos personajes se encuentran muy protegidos, enmascarándose sus facetas de asesinos).
El verdadero drama de todo esto se encuentra en los miles de cubanos que atraviesan el mar para poder escapar de una dictadura feroz. Y me temo que esas personas, precisamente, de política o la política es lo que menos le interesa o les gusta hablar.
Como siempre, un gran artículo, Juan Diego.
Duncan: me gusta mucho esa idea del "olor a naftalina". Antonio: a mi juicio los barbudos lograron triunfar porque contaron con el suficiente apoyo popular. Y tanto les costó conseguir ese triunfo que se olvidaron de porqué estaban luchando. Teóricamente era la libertad para Cuba. Ocurre con casi todas las revoluciones: empiezan bien y acaban fatal. Mira el caso mde Nicaragua.
Ya, pero el espíritu de las revoluciones creo que fue muy bien estudiado por Vifredo Pareto a comienzos de siglo. Son luchas por poder de facciones enfrentándose entre los que no quieren dejar el mando y los que lo pretenden. En un principio, la facción pretendiente al poder suele ser muy avanzada y liberadora, pero al asentarse en el trono, cambia su discurso a otro conservador para alimentar la "revolución" (cuyos valores se hacen tradicionales e instaura unos patrones de comportamiento reaccionarios).
Como bien sabrás, Juan Diego, no habría más que remitirse a algunas obras de los fabianos para analizar ese fenómeno de la Revolución (caso por ejemplo de "Rebelión en la Granja" o más lejano "1984"), que he comentado antes.
Un saludo, profesor y compañero.
Muy interesantes comentarios. Creí que iba a encontrar fanáticos de Castro y secuaces.
Un "libertador" como Castro se "casó" con Cuba para toda la vida. Que la muerte los separe.
Nadie pensó que iba a convertirse en un dictador por 50 y tantos años.
En Latinoamérica, hay sectores que se niegan a ver su condición de dictador. ¡Ni qué hablar del Che Guevara a quien consideran un héroe! Es lamentable.
Saludos desde Argentina.
Siento mucho no escribir en este magnífico blog desde mi partida del IES Néstor Almendros, pero me alegro de haber entrado finalmente y poder haber leído este magnifico artículo.
Desde mi modesta opinión de estudiante de Traducción e Interpretación, nada comparable a la de los magníficos historiadores que aquí escriben,considero que tienen razón en ciertas cosas y en otras no tanto.
Para empezar estoy totalmente de acuerdo con Duncan de Gross completamente en cuanto a que Cuba necesita renovarse junto con sus políticos. Coincido con el Sr. Martin Ponce en que es una desgracia que algo que empezó como un proyecto de liberación de una dictadura haya finalizado en otra, y es que, por desgracia, el poder corrompe fácilmente. También comparto la teoría de mi ex-profesor D. Juan Diego Caballero de que fue una revolución del pueblo, sin el cual hubiera sido una misión suicida.
Pero ustedes me permitirán defender la figura de Ernesto Ché Guevara, sobre el cual he leido ciertas biografías, pero supongo que muchas pueden ser tachadas de obras literarias de ciencia ficción y de carecer de total objetividad. A mi entender alguien que lucha en otro país por sus ideales no se le debe faltar al respeto con adjetivos como "asesino". Me parece un gesto desconsiderado y bello. Es cierto que ha matado personas, pero yo pregunto ¿en qué guerra no ha habido muertes? ¿en qué guerra no ha habido represalias del bando vencedor sobre los vencidos? Incluso tomando como ejemplo nuestra propia Guerra Civil, tanto el bando republicano como el bando nacionalista tuvieron "asesinos" en sus filas, asesinos que pueden vivir incluso hoy en día entre nosotros.
Realmente creo que el hecho de que Fidel Castro se desviara del camino revolucionario para convertirse en un dictador no debería afectar a la imagen del Ché.
Para mí realmente es más asesino el que viendo una injusticia se queda de brazos cruzados.
Saludos.
Bien, esta intervención de uno de mis antiguos alumnos me obliga a participar de nuevo en este pequeño debate. Primero para decirle a Antonio que se ha despachado bien a gusto y que ya me hubiese gustado ver esa misma profundidad el año pasado. (Esto confirma mi teoría del trabajo a largo plazo de los profesores, dicho esto para el otro Antonio, mi colega y antiguo alumno). En segundo lugar para señalar que coincido con él (primer Antonio, ¡qué lío!) en bastantes de sus argumentos y que realmentejamás me había planteado ver la figura del Che como la de un asesino. Eso me parece excesivo. Y en tercer lugar, aquí, como casi siempre, hay unos ausentes: son mis alumnos de este año, a los que quiero preguntar sólo una cosa: además de batir el record de apatía hacia el Arte de los de la promoción del pasado curso, ¿vais a esperar a salir del Instituto (como parece que acaba de hacer Antonio) para empezar a tener ideas propias y expresarlas?
Antonio: a ver si te aplicas a tope en la Universidad, no te limites al cinco pelón y vuelve cuando quieras. Saludos cordiales.
JDC
Hola de nuevo.
Quiero decir al señor Vizedo (me dirijo a usted así porque usted me habló de usted, ya que me gusta más el tuteo,aparte de que tengo 26 años nada más), que me parece respetable su opinión, y lamento si mi declaración le ha parecido agresiva, quizás en las formas. Sin embargo, no puedo retirar mi opinión personal sobre la figura de El Ché, que bajo mi punto de vista, ha sido sobredimensionada por un halo mítico producto de los nuevos medios de comunicación del siglo XX. Mas pienso que nunca llegaríamos a un acuerdo sobre dicha figura, así que mejor opto por un respeto silencioso hacia su opinión y reiterar mi disculpa sobre la forma, pero no el contenido.
Puedes dirigirte a mi de una manera más formal sin problemas, Antonio, y te animo a que si quieres te pases por mi blog (con permiso de Juan Diego, claro)
Y replico yo:
a) Para Antonio (Miguel): a mi juicio, y no compartiendo todas tus opiniones, creo que éstas son completamente respetables y que, además, las formas no requieren disculpa alguna, porque no veo en ellas más que opiniones extremas, pero para nada intimidatorias. Son propias de un debate como el que nos traemos entre manos.
b) Para Antonio (Vicedo): haz caso al otro Antonio y pásate por su blog (no hace falta mi permiso; en este caso diría más: lo recomiendo). Encontrarás allí las huellas de un joven profesor que se toma en serio su trabajo y se va convirtiendo día a día en un gran profesional. Espejo para ootro jóvenes.
Saludos cordiales a ambos. Corto y cierro.
Gracias, profesor.
Hola, profesor, ya ve que no siempre hay una total ausencia de sus estudiantes de arte de este año. Aunque usted no lo crea, la mayoría siente atracción hacia el Arte, sólo que no se demuestra lo suficiente.
Aunque esté casi por completo cerrado el debate, me gustaría dejar mi opinión sobre un tema que me apasiona tanto como este: la revolución cubana.
De acuerdo con todos los participantes del debate, me parece vergonzosa y del todo inapropiada la dictadura que Fidel Castro ha llevado a cabo, pero eso no es lo más terrible, sino, como dice Marta Alicia, hay sectores que se niegan a ver su condición de dictador. Pero claro, desde mi punto de vista, también es comprensible que, ya que en el pasado se luchó y se cobraron muchas vidas por la libertad de Cuba, obteniendo al final tan desastrosos resultados, el pueblo ha perdido la esperanza de alcanzar por completo la liberación.
Así que, discrepando del Sr. Martín Ponce, considero al Che como ídolo y un héroe que se atrevió a pensar que Cuba podía ser libre, y más aún, con ayuda (como no, del mismo pueblo) convirtió en realidad ese pensamiento.
De modo que estoy de acuerdo con Antonio Vicedo en el ámbito de que no puede llamársele asesino, ni mucho menos, es más, si al menos sólo fuera un asesino, todavía sería mejor hombre que Castro, ya que este último sería considerado, además de asesino, traidor.
Ése es el motivo por el cual la gente aún recuerda a Che Guevara, porque (gracias a los inmensos medios de comuncación, todo hay que decirlo), sus ideales han prevalecido hasta hoy, y seguirán prevaleciendo en la memoria colectiva de Cuba y del mundo entero.
Sólo me queda dar las gracias a mi profesor por abrir este tema tan apasionante. Saludos.
Carmen: soy bastante empírico. Lo no demostrable es poco real. pero entrando en tus planteamientos,debo decirte que me ha gustado lo que he leído y cómo lo has expresado. Sigue por ahí, que vas muy bien: construyéndote tus propios puntos de vista, sabiendo argumentarlos y siendo capaz de exponerlos en público.
Saludos cordiales
JDC
JDC
Le tomo la palabra profesor, cuando termine los exámenes me pasaré de oyente a alguna de sus clases para recordar "viejos tiempos". También le doy las gracias por recomendarme la página de su ex-alumno, ya que (aunque en clase no lo demostrara) soy un amante de la Historia Antigua y aunque Antonio Miguel no tenga aún su nivel de conocimientos, no me cabe la menor duda de que acabará emulándole, ya que seguí su recomendación y por sus artículos (hablo en plural aunque solo haya podido leer uno por ahora) lo considero un profesor serio y muy capaz.
Bueno, volviendo al tema de este artículo, comentar que estoy de acuerdo con la señorita Carmen Domínguez en todo exceptuando el tema de los medios de comunicación. Es cierto que sin los medios de comunicación actualmente muchas cosas son difíciles de lograr, pero para que los medios de comunicación se fijen en algo primero tiene que existir ese algo (uy! que filosófico!). Muchos otros podrían haber sido los elegidos para ser recordados entre los que podemos citar a Camilo Cienfuegos (otro de los comandantes y hombres clave de la Revolución) o al Vaquerito (capitán del llamado "Pelotón Suicida", quien dió su vida en el asalto a Santa Clara, si no recuerdo mal), pero sin embargo fue el Ché ¿el por qué? realmente no lo se con certeza y creo que no se puede llegar a un consenso objetivo, mas en mi opinión fue el hecho de que un Argentino, un extranjero, fuera capaz y estuviera dispuesto a dar más por su ideal en una guerra que no era la suya.
Saludos.
Profesor yo quisiera puntualizar que el mero hecho de no expresar por ejemplo yo mis ideas, es porque de este tema poco sé, pues bien es cierto que necesitamos aprender de los errores de la humanidad para no volver a cometerlos, pero no soy muy partidaria de este tipo de luchas. Tal vez por ello en gran parte (que no toda) la historia no es mi punto fuerte, pues se basa en guerras y disputas que no llegan a cautivarme.
Pero el arte me gusta, y poco a poco lo voy entendiendo cada vez más, con esfuerzo y dedicación.
Además, ¿no es mejor expresar y contractar ideas en vivo que tras una pantalla?.
Eso es lo que pienso, un saludo.
Cynthia: como al parecer no estás muy al corriente de este asunto, cuand venga a clase Antonio que entre él y Carmen te pongan al día. Por lo demás, la Historia no se basa en las guerras, ni muchísimo menos. Saludos cordiales
JDC
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GRACIAS POR VISITAR ENSEÑ-ARTE. RESPONDERÉ TU COMENTARIO A LA MAYOR BREVEDAD.