EL "MENOS ES MÁS" DE LOS RASCACIELOS
No es el rascacielos más alto de Nueva York. Tampoco el más famoso ni el más visitado. Sin embargo, si tuviese que elegir el edificio más interesante de esa ciudad no dudaría un segundo: el Seagram Buillding, la única construcción que levantó en aquella urbe Mies van der Rohe, en este caso con la colaboración de Philip Johnson. Edificado entre los años 1954-1958 para servir como sede central de la Corporación Seagram (cuyo centenario se había celebrado en 1957) este rascacielos de planta rectangular, sostenido sobre pilotes y de 157 metros de altura (39 plantas) ha marcado un antes y un después en la construcción de edificios de oficinas. Una depurada síntesis de la arquitectura racionalista en la que Mies se había formado, del estilo internacional que comenzaba a abrirse paso en la arquitectura a partir de 1950 y de las aportaciones de la escuela de Chicago.
Son muchas la singularidades de este edificio. En primer lugar, Mies redujo la planta a un esquema compositivo basado en la repetición de 5 por 3 módulos cuadrados. En segundo lugar, realiza todo un homenaje a la arquitectura clásica, diseñando el rascacielos en su trazado vertical como si fuese una gigantesca columna en la que son apreciables la basa (en este caso, el vestíbulo), el fuste (las distintas plantas) y el capitel (distingible claramente en los tres últimos pisos). Por otra parte, en la construcción del Seagram se empleó el hormigón como material estructural, revistiendo vigas de acero, conforme exigía la normativa antiincendios. Pero al exterior el muro-cortina de la construcción aparece organizado mediante una interesante perfilería en forma de I, realizada en bronce, que sin tener una función estructural enmarca perfectamente las grandes cristaleras que constituyen la epidermis más visible de la obra. Para concluir, el arquitecto alemán empleó como elementos decorativos los materiales que tanto le atraían, como el el mármol travertino o el granito rosa.
El edificio Seagram destaca también por encontrarse retranqueado respecto a la alineación de la avenida en la que se sitúa, generando ante sí una pequeña plaza con una lámina de agua a cada lado, solución que permite jugar con la dialéctica de lo horizontal-vertical y del lleno y vacío. Preguntado el arquitecto por la razón de esta decisión, respondió que retranqueba el rascacielos "para poder verlo. Si vas a Nueva York, realmente tienes que mirar a las marquesinas para saber donde estás. Ni si quiera puedes ver el edificio, sólo lo ves desde lejos". Esa plaza permite a la construcción respirar en medio de un conjunto urbano en el que la densidad edificatoria deja apabullado al espectador.
Hay además otro detalle que refleja bien a las claras el espíritu de Mies en esta obra. Era evidente que un edificio de tal altura habría de tener una enorme superficie de persianas, cuyos usuarios tenderían a subirlas o bajarlas como mejor les pareciese. Para evitar esta muestra de desorganización, las diseñó de manera que solo tuviesen tres posiciones posibles. Con ello pretendía mantener la homogeneidad visual de la construcción. Además, la mezcla de los perfiles exteriores con el tono tintado de los cristales del rascacielos, cuya función básica es reducir la temperatura interior, contribuye a hacer más sobria aún, si cabe, la imagen exterior del edificio: un prisma de cristal oscuro en medio de una de las principales avenidas de Nueva York.
En definitiva, el mejor Mies van der Rohe construye aquí un edificio de líneas depuradas, sin ninguna concesión a lo ornamental; pura muestra de su mentalidad racionalista. Un ejercicio de elegancia arquitectónica en el que el uso mesurado de pocos elementos da como resultado una de las más bellas joyas de la arquitectura del siglo XX. El minimalismo hecho realidad. Hace algo más de un año tuve la ocasión de conocer en directo esta obra cimera del arte contemporáneo. Sentado en la plaza que Mies diseñó, en la que ahora puede disfrutarse además de una escultura de Alexander Calder, no dejaba de pensar en cuanta razón tenía este arquitecto al que una frase más que cualquiera otra identifica: menos es más.
Esta minimalista página en español está dedicada por completo a Mies y ofrece un breve análisis del edificio. En esta web neoyorquina hay algunos textos e interesantes fotografías, igual que en esta otra.
13 comentarios:
Cuando estuve en Nueva York (¿volveré algún día?), este edificio fue para mí una de las visitas imprescindibles. Enhorabuena por la entrada.
Qué amistoso contraste entre el racionalismo del edificio y la "juguetona" escultura de Calder. Se complementan de maravilla.
Antonio: quien va a Nueva York suele repetir. Yo pienso hacerlo de nuevo en Semana Santa. Saludos cordiales y feliz año, compañero.
JDC
Hola, Piedras portuguesas. Efectivamente, el contraste es de lo más interesante: dos genios codo a codo.
Saludos cordiales y feliz 2009.
JDC
Hola Juan Diego. Estoy encantado de que alguien reivindique este fantástico edificio, del que se han hecho múltiples burdas copias pero que ha marcado un patrón tanto técnico como estético en los grandes rascacielos. Es estupendo y simbólico que hayas hecho tu entrada el día 31...no hay mejor final-inicio de año artístico...
Creo que la plaza -hablo de oidas- no fue sino la respuesta al plan urbanístico de NY que exigía que ante determinada altura de edificio hubiese una parte del solar liberada como espacio util de servicios. Otros como en el Rockefeller hicieron la pista de patinaje o centros comercilaes, Mies, sin embargo, optó por el contraste entre la pura verticalidad del edificio y la horizontalidad desnuda de la plaza, entre el marmol de la base y el granito de la plaza...
En fin, genial como toda la arquitectura racionalista e "internacional".
Feliz AÑo
¡Feliz año!
Enhorabuena por tu blog.
Te puedes pasar recoger tu "Premio al esfuerzo personal" por mi blog:
http://olgacatasus.blogspot.com
Hola, me llamo María y tengo una duda de pintura: mi madre me ha hablado de un cuadro que representa la escena en que la estatua de una mujer cobra vida ante su escultor. Mi madre dice que es conocido, pero no es capaz de decirme de que época es ni nada. Sólo sé eso. Me pueden ayudar, por favor?
Por cierto, me encanta el blog. =)
Vaya despiste!
Desde una Lisboa pasada por agua te mando un saludo y te deseo un feliz 2009.
Hortensia
No se molesten, ya me han contestado en otro blog de arte. Gracias de todas formas =)
Hola, Javier. Gracias por tu visita. Efectivamente, escogí el Seagram como último artículo del año porque para mi es un edificio muy especial, que espero visitar de nuevo dentro de poco tiempo. Respecto a lo que planteas, tienes razón en parte. Hay edificios más altos en Nueva York y no tienen plaza delante y, por cierto, el Rockefeller, que no es un edificio, sino un conjunto de ellos, tiene una plaza en medio, no directamente delante. Nada que ver con la audacia y el buen gusto de Mies.
Saludos cordiales y buen año para Locus Amoenus.
JDC
Mws(o María): como veo que ya has resuelto tu duda, sólo me queda agradecerte tu visita.
Saludos cordiales
JDC
Compañera anónima de El Algar: Gracias por ese premio "al esfuerzo". Te he dejado una nota en tu blog. Saludos cordiales
JDC
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