




La Historia del Arte para todos
Javachef Christo: "Reichstag" (1971-1995). Berlín. "Sombrillas" (1989). California y Japón.
Así, en la trayectoria de Christo (y Jeanne Claude, diría él) encontramos puentes y gigantescos edificios completamente envueltos, enormes cortinas que cierran un valle, muros hechos con bidones de gasolina o islas y arrecifes rodeados por gigantescas telas de polipropileno. Da igual; pueden ser también 7500 puertas que marcan los recorridos por Central Park de Nueva York, o miles de sombrillas que crecen como hongos en un determinado territorio, ya sea de Japón o California. Pero si alguna obra me gusta de Christo es esa "running fence" que serpentea por los montes del desierto de Sonoma, en California también. Y... un poco tiempo después estas manifestaciones artísticas son retiradas y sólo quedan los diseños que ha realizado su autor y las miles de fotografías que de ellas se han tomado. Land-art, el arte de la tierra... sobre la tierra.
Sobre Christo os dejo esta presentación, además de recomendaros que visitéis su página web, en la que podréis conocer todos sus proyectos realizados hasta el momento, así como los que se van a acometer próximamente. También hay un curioso blog sobre el proyecto de las puertas de Nueva York y el fotógrafo Wolfgang Volz tiene una interesante colección de fotografías sobre estas instalaciones.
DE CRETA A TOLEDO, PASANDO POR VENECIA Y ROMA.
El Greco: "Vista de Toledo" (1610)Interesante y ajetreada vida la de Domenikos Theotokopoulos, El Greco (1541-1614). Cuando llegó a Toledo en 1577 había realizado ya un largo periplo por el Mediterráneo, que le llevó desde su Creta natal hasta Venecia (donde se empapó del colorido de la escuela veneciana) y Roma (donde pudo admirar la obra de Miguel Ángel). Pero en Toledo acabó instalándose de manera permanente, aunque fuese, en principio, porque un rey tan especial como Felipe II no supiese apreciar como convenía las novedades compositivas de su obra "el martirio de San Mauricio".
No hay mal que por bien no venga, debió de pensar el pintor, porque desde ese momento se convirtió en el artista favorito de los estamentos privilegiados de la sociedad toledana y sobre todo de la iglesia local, que se constituyó en su cliente principal.
Fue así como El Greco comenzó a elaborar esas obras que se caracterizan por la presencia constante de figuras muy esbeltas, alargadas podríamos decir, pintadas con una paleta de colores en las que el rojo, el azul y sobre todo el blanco destacan especialmente. Con todo ello creó un estilo tremendamente personal (no hay que entender de pintura para distinguir una obra de El Greco) que le ha llevado a ser el pintor más destacado del siglo XVI español y, sin duda ninguna, una de las cumbres de la pintura de todas las épocas. Un artista que funde los elementos manieristas más habituales con el empleo del color que aprendió de los venecianos.
El Greco: "Vista de Toledo" (1599).Con estos recursos y estas capacidades, El Greco dejó un importante elenco de obras de carácter religioso, entre las que destacan sus distintos apostolados, que significaban para un artista como él la posibilidad de recibir un encargo (siempre bienvenido) de trece obras. Pero en su producción encontramos también algunos de los mejores retratos de la pintura española, ya sean individuales o colectivos, como el sorprendente abanico de personajes que nos muestra en el plano inferior del entierro del conde de Orgaz, obra en la que se conjugan las dos facetas que ocuparon sus afanes: arriba el cielo; abajo la tierra y quienes la habitan. Y por si fuera poco, nos dejó también algunos cuadros de paisajes toledanos, como esa vista de una tormenta sobre la ciudad, que a mi siempre me ha parecido tan irreal y tan fantasmagórica, y al mismo tiempo tan verídica y tan moderna.
El Greco: "San Andrés" (1610).
Quizás nunca sepamos con certeza si las figuras tan alargadas que pintaba El Greco se deben a una decisión deliberada del autor (que parece emplear ese alargamiento en las figuras sagradas y no en los retratos) o a la enfermedad ocular que podría padecer (astigmatismo), pero lo que no me cabe la menor duda es de que nuestro artista era un hombre que, como alguien escribió alguna vez en algún sitio, pintaba el alma, más que los cuerpos.
Podéis dar un amplio vistazo a 88 obras obras de El Greco visitando la Olga´s Gallery, aunque la información está mejor ordenada en la Web Gallery of Art. En esta página tenéis un comentario pormenorizado de "El entierro del Conde de Orgaz", que puede servir muy bien para selectividad. Finalmente, la Casa Museo de El Greco, en Toledo, dispone de una página web que proporciona algunas informaciones interesantes.
Juan de Juni: "El entierro de Cristo" (1544). Valladolid.
Juan de Juni: "Piedad". Medina del Campo, Valladolid. En el caso de la escultura, las formas renacentistas llegaron a nuestro país de la mano de algunos autores italianos a finales del siglo XV. A partir de sus influencias se consolida en la Meseta un núcleo escultórico, que algunos denominan escuela de Valladolid, en el que destacarán especialmente Alonso Berruguete (1490-1561) y Juan de Juni (1507-1577). Ambos entienden el Renacimiento de distinta manera, pero sin embargo coinciden en algunas cuestiones de carácter fundamental.
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