A PROPÓSITO DE UN CUADRO DE PELLIZA DA VOLPEDOGiuseppe Pelliza da Volpedo: "El cuarto estado" (1901). Milán.
Bien, se acabaron las vacaciones y ahora que toca reincorporarse al trabajo me viene a la memoria un conocido cuadro, que lleva por título "el cuarto estado", del fallecimiento de cuyo autor se cumplen, en 2007, cien años. Me refiero a Giuseppe Pellizza da Volpedo (esto último, por el lugar de su nacimiento en Italia, en 1868), un autor en el que podemos apreciar influencias de la pintura realista más canónica y de la técnica del puntilismo, que en Italia arraigó con fuerza durante unos años de la mano de un grupo de pintores que dio origen al denominado "divisionismo italiano".
El cuadro que atrae mi atención es de grandes dimensiones (545 x 293 cm) y llevó al artista casi tres años de trabajo. En él podemos contemplar a un nutrido grupo de trabajadores en marcha. Sus vestimentas les delantan como miembros de esa clase proletaria europea que vino a romper las clásica división tripartita de la sociedad estamental. Sin embargo, aún conservan cierto aire rural, que evoca el origen de la industrialización en el proceso de abundante migración del campo a la ciudad.
Pero fijaros como sorprende al grupo el pintor: capta a los trabajadores en un plano frontal, en la actitud típica de quienes marchan hacia la huelga, o hacia la reivindición de un trabajo que les permita atender a sus necesidades básicas. La presencia de algunos (pocos) niños y mujeres hace aún más clara esta realidad, la lucha por el básico derecho al trabajo, todavía no consolidado a finales del siglo XIX.
En el grupo destacan obviamente los tres personajes que lo encabezan de manera destacada; cuatro, si contamos a la criatura que la mujer lleva en brazos. Ella va descalza y el niño parece comerse su propio puño. La pobreza y el hambre son evidentes. Pero, ¿qué le dirá esa mujer a su compañero? ¿Le dará ánimos para lo que se avecina? Fijaos en este personaje masculino. No hay duda en su semblante, la mirada es clara; la actitud serena: la decisión está tomada. Y esa misma determinación la comparte el compañero que aparece a su derecha. La DIGNIDAD. En el rostro de esos personajes vemos una de las mejores muestras de la dignidad humana que nos ha legado la historia del arte. Luego, si profundizamos más en la obra, encontraremos que Pelliza nos ha dejado dispersos por el lienzo algunos guiños que evocan a autores renacentistas italianos, desde Piero hasta Miguel Ángel, pasando por Rafael, Leonardo o Massacio. La misma posición de la figura femenina es todo un homenaje a la estatuaria clásica.
Angelo Morbelli: "¡Por ochenta céntimos!" (1895). Vercelli (Italia). // .......... "En los campos de arroz" (1901). Ontario (Canadá).
Todo eso es importante, pero, a mi juicio, tiene más interés reparar en que en el cambio del siglo XIX al XX había en Italia varios autores que recogieron fielmente las condiciones de vida de las clases trabajadoras y, con ello dejaron una evidencia clara de cómo, al hilo de los procesos de industrialización, las sociedades europeas occidentales iniciaban el camino que ha llevado a nuestra época. La obra de Ángelo Morbelli (1853-1919) pone, en este caso, el contrapunto a la visión de Pelliza, con sus paisajes rurales llenos de mujeres trabajando por una miseria.
Bien, comienza el curso: trabajemos. pero mantengamos la dignidad que los personajes de Pelliza y de Morbelli quieren transmitirnos.
Esta es la página de la Asociación Pelliza da Volpedo, que rinde un homenaje al pintor y recoge numerosas informaciones interesantes. En esta otra página italiana se repasa la vida de Pelliza da Volpedo y se comentan la obra que analizamos y algunas otras, con sus correspondientes imágenes. Para concluir, una breve visita virtual a la exposición ya clausurada "Arcadia y anarquía", del Museo Guggenheim de Nueva York.