28 agosto 2009

ANISH KAPOOR

LA ESCULTURA MESTIZA

Ya se sabe que quienes defienden puntos de vista racistas están completamente fuera de la realidad. Y no sólo porque sus ideas sean en sí mismas negativas al rechazar la igualdad entre todos los seres humanos, sino porque después de tantos siglos de Historia, sería imposible encontrar un solo individuo que pudiera jactarse de ser racialmente puro. Por fortuna, todos tenemos ya algo de mestizos y falta únicamente que esta situación acabe por extenderse de manera completa a la cultura, como la globalización se está encargando de hacer a marchas aceleradas.

Anish Kapoor. Izquierda: "1000 nombres" (1980). Derecha: "Como para celebrar lo que he descubierto". (1981).
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De ese mestizaje universal del que hablamos da buena muestra el escultor Anish Kapoor (1954): su padré era hindú y su madre judía iraquí. Aunque su abuelo era rabino de una sinagoga, su educación fue completamente secular y, por si faltaba algo para que la diversidad fuese completa, cuando él tenía 19 años la familia se trasladó a Mónaco y algo después el joven se desplazó hasta Londres para acabar estudiando Arte yorientarse hacia la producción escultórica, aunque ha realizado también incursiones en la pintura. En todo caso, y con aquellos antecedentes, no es de extrañar que el escultor (practicante del budismo durante algunos años) se defina a sí mismo como un outsider y que no le guste ser identificado con una determinada nacionalidad (británica o hindú).

Anish Kapoor: "Sin título" (1990).

Desde comienzos de los años 80 del siglo pasado las obras de Kapoor han ido adquiriendo progresivamente más notoriedad, en un abanico de producciones que se encuentra a caballo entre lo conceptual y lo minimalista, pero siempre desde un punto de vista que refleja con claridad los rasgos de su formación multicultural. De este modo, sus primeras obras nos muestran formas geométricas realizadas a base de pigmentos de colores que evocan la sensualidad de los lugares donde el escultor residió en sus primeros años. De hecho, el propio artista afirma que para él el color no es únicamente un medio, sino una sustancia en sí misma, algo que tiene, per se, un valor físico.

Anish Kapoor: "Marsyas" (2002). Londres.
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Aunque siempre ha mantenido su interés por la simplicidad de las formas, en un momento que podemos situar aproximadamente a comienzos de la década de los 90 Kapoor, sin olvidar del todo sus intereses anteriores, inicia una nueva etapa caracterizada por dos cuestiones: de una parte, se siente atraido por la experimentación con nuevos materiales (maderas, diversos metales, resinas...); de otra, muestra una tendencia a aumentar las dimensiones de sus esculturas que, en ocasiones, alcanzan tamaños verdaderamente gigantescos. Resulta así que, con frecuencia, el espectador situado ante una de estas obras tiene ante sí un objeto de gran tamaño y de enorme simplicidad, habitualmente de formas curvadas y de un único color brillante que parece invitarle, desde su misma sencillez, a la indagación sobre cuestiones ancestrales, primarias: las dualidades entre lo celeste y lo terrestre, entre la luz y la sombra o entre la materia y el espíritu.
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Anish Kapoor: "Puerta de nube" (2004-2006). Chicago.
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Podemos concluir afirmando que en el panorama de la escultura actual la producción de este artista de ninguna parte y de todos los sitios al mismo tiempo, de ninguna cultura y de todas a la vez, brilla con luz propia porque consigue crear una poética de la materia, construida desde la creencia de que lo explícito no ha de ser el objetivo perseguido por el escultor y según la cual corrresponde al propio espectador encontrar un significado a la que se presenta ante sus ojos. Tomemos un único ejemplo: la gigantesca escultura que figura a la izquierda de este texto, instalada en Chicago. Pesa más de 110 toneladas y alcanza aproximadamente 22 metros de largo, 13 de ancho y 10 de altura. Con ese tamaño, ese aspecto mercurial y esa forma de nube, sí que resulta posible "estar dentro del exterior de un agujero". La contradicción es la base de la vida.

Anish Kapoor tiene una excelente Web en la que puede seguirse su trayectoria y visualizar numerosas obras. Más información, en esta página en inglés y en esta selección de artículos del diario El País.

26 agosto 2009

EL TEATRO ROMANO

UNA VISITA A LAS RUINAS DE NORA

Estando ya próximos los exámenes de Septiembre, vamos a aprovechar para dar unas nociones básicas de uno de los edificios más conocidos de la arquitectura romana: el teatro. Aprovecho para ello mi reciente viaje a Cerdeña, donde he podido contemplar y disfrutar sin prisas de una de estas construcciones, en excelente estado de conservación y con el atractivo añadido de encontrarse en un conjunto prácticamente situado a la orilla del mar. Me refiero al teatro romano de Nora, una ciudad de fundación fenicia que tal vez pueda remontarse al siglo VIII a.C. y que, andando el tiempo, sería refundada por los romanos tras la conquista de la isla en el año 238 a.C., hasta alcanzar el estatus de capital de la provincia de Sardinia et Córsica (Cerdeña y Córcega), lo que da buena idea del nivel de prosperidad que llegó a adquirir.

Teatro romano de Nora (Cerdeña, Italia). Comienzos siglo II a.C.

Es sabido que los primeros teatros romanos fueron erigidos en madera y que no sería hasta mediados del siglo I a.C. cuando se inició su construcción en piedra. Poco después, el tratadista y arquitecto Marco Vitruvio dejó consignadas en su Quinto Libro de Arquitectura las características que debía tener este tipo de edificios, así como los requisitos para su ubicación y construcción, que solía efectuarse a ras del suelo y no aprovechando los desniveles del terreno para levantar el graderío. Fue así como, siguiendo este modelo, todos los teatros romanos presentan un trazado semejante, en el que las diferencias que pueden encontrarse son escasas, respondiendo sobre todo a tamaño, elementos decorativos y otros detalles menores. Básicamente, el edificio se dispone en tres partes:

Planta y alzado de un teatro romano.

* La cavea o graderío, donde se sientan los espectadores. Se encuentra dividida en tres niveles o alturas (ima, media y summa, de abajo hacia arriba) y compartimentada en sectores, con pasillos para el acceso a las gradas. Habitualmente el público ocupaba sus asientos en función de la jerarquía social imperante.

* La orchestra: un espacio semicircular situado ante el escenario y que podía emplearse como lugar reservado a las autoridades o como sitio en el que se situaba el coro. Uno de sus rangos distintivos es que solía pavimentarse con materiales más lujosos que el resto del edificio.

Planta de teatro romano de Nora (Cerdeña).
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* La scaena: o escenario de planta rectangular, en el que se distingue el lugar en el que se llevaban a cabo las representaciones (proscenium) y la parte que mira hacia el público (frons scaenae), a modo de telón pétreo, cerrada con una estructura arquitectónica (habitualmente construida en un determinado orden clásico) y que solía decorarse con esculturas.

La entrada y salida del público se hacía a través de unos amplios pasillos abovedados (vomitoria) y podían existir también diversas estructuras de servicio o de carácter complementario.

Este sencillo y funcional modelo vitruviano es el que pude contemplar en el teatro de Nora, levantado en época de Adriano (comienzos del siglo II a.C.) y de reducidas dimensiones. Aunque ha perdido (como suele ocurrir en estos edificios) gran parte de las parte más elevadas del graderío, las zonas inferiores se conservan prácticamente completas, como ocurre con la orchestra, en la que aún el visitante puede comtemplar un amplio sector del pavimento original realizado con opus sectile, a base de placas de mármol que componen motivos geométricos. Entre la estructura de pilares de ladrillo que sostenía el suelo del escenario fueron hallados varias vasijas de grandes dimensiones (dolia), que han querido ponerse en relación con las observaciones de Vitruvio sobre la acústica de estas construcciones. Sin embargo parece más probable que su localización allí se deba a un momento posterior, cuando ya el edificio había perdido su original función escénica. En todo caso, el arquitecto romano dejó descrito un modelo que se siguió fielmente en todo el Imperio. Roma, nada menos.

Dos vistas del teatro romano de Nora (Cerdeña).

Sobre teatros romanos puede consultarse la amplísima información de esta Web, centrada en España, pero con numerosos datos de carácter general, así como el contenido de esta exposición virtual sobre el tema. El Quinto Libro de Vitruvio puede leerse en este enlace. Por último, sobre la ciudad de Nora, en italiano, hay buenas informaciones en la página de la misión arqueológica y en esta otra, donde podréis descargaros una guía del conjunto.

16 agosto 2009

LA BASÍLICA DE SACCARGIA

ARQUITECTURA ROMÁNICA SARDA

En una de mis rutas por los montes del noroeste de la isla de Cerdeña casi me tropiezo con esta basílica, a la que las Historias del Arte que he podido consultar prácticamente no prestan atención. Me sorprende enormemente este conjunto situado en la localidad de Codrongianos, magníficamente conservado, tanto por sus generosas proporciones como por las pinturas de su ábside. Un antiguo libro de la orden camaldulense refiere que el edificio (mandado construir por el juez Constantino I y su esposa Marcusa, en cumplimiento de un voto) fue consagrado en el año 1116 y entregado a la citada orden, que poseía en el lugar una preexistente abadía. En este dominio se mantuvo hasta mediados del siglo XVI, cuando se inicia una época de abandono que se extiende prácticamente hasta los momentos actuales, en los que una restauración (con algunas notas exageradas) ha devuelto el templo casi a su primitivo estado.

El edificio, que sigue los modelos de la arquitectura toscana, es un hermoso ejemplo de iglesia románica, en este caso con la nota distintiva de estar construida a base de dos diferentes tipos de piedra: la caliza clara y el basalto negro. Posee una única nave de considerable altura, cubierta a dos aguas y rematada a los pies por un amplio pórtico y a la cabecera por un crucero triabsidado. En un momento indeterminado de la segunda mitad del siglo XII se amplió la longitud de la nave, se levantó el pórtico actual y se erigió la enorme torre que corona el conjunto, originariamente separada del muro lateral de la iglesia.















Pero lo que más me admira de esta basílica románica sarda es el ciclo pictórico que cubre la totalidad de la bóveda del ábside central. Un amplio fresco considerado como el único conservado íntegramente de la época del románico pleno de Cerdeña, datable también en la segunda mitad del siglo XII. Dividido en tres niveles, el superior nos muestra un Pantocrátor en su mandorla, rodeado por un cortejo de ángeles y arcángeles. En el registro intermedio figuran la Virgen, los doce apóstoles y otro personaje que no logré identificar. Llama la atención cómo, pese a la rigidez propia del románico, el autor trató de dar algún rasgo de naturalidad a este amplio conjunto y dispuso a algunos de los personajes como si estuviesen conversando entre sí. Por fin, en el registro inferior, se sitúan cinco escenas de la vida de Jesús; de izquierda a derecha: la última cena, el beso de Judas, la crucifixión, el entierro de Cristo y el descenso a los infiernos.

A juicio de los restauradores de estas pinturas, puede verse en el conjunto una cierta influencia bizantina, pero en ellas está presente el mismo hálito que inspiró al maestro que tal vez dos docenas de años antes realizó las pinturas del ábside de San Clemente de Tahull, aunque me pareció encontrar una mayor ingenuidad en el caso del pintor de Saccargia, cuyor Pantocrátor muestra un rostro más amable. De cualquier modo los dos respondían a un claro mandato: el de mostrar a los fieles que faltaba una segunda venida de Cristo y que entonces todos serían juzgados. Quizás a ese temor responda el único elemento decorativo que pude encontrar en la desnudez absoluta de los muros de la nave. Una solitaria cabeza masculina en relieve. Su rostro tan expresionista me pareció reflejar un claro temor. El Juicio Final, nada menos.
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En esta Web disponéis de una vista en 360ª de la Basílica de Saccargia y aquí podéis leer otras informaciones, en italiano.

09 agosto 2009

ORKIESTRA MIKOLAJA

RECUPERAR EL FOLK POLACO

Este grupo procedente de la ciudad de Lublin, al sureste de Polonia, es escasamente conocido en España y sin embargo lo avalan veintiún años de trayectoria, once discos y más de mil conciertos en lugares muy diversos. La Orkiestra Mikolaja (Orquesta de San Nicolás) gusta de definirse como "el laboratorio musical de la tradición". Ese concepto nos da una buena idea de los objetivos de la banda: recuperar el folk polaco que, en los momentos en que el grupo apareció en la escena musical de su país, atravesaba un periodo de clara decadencia, entre el desinterés mayoritario de la población.
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Desde esta perspectiva, los siete miembros de la orquesta se han dedicado a recopilar antiguas melodías de la zona de la que son originarios, habitada por la minoría étnica de los lemko-rutenos, uno de los numerosos pueblos eslavos compartimentado actualmente en diversos estados de Europa oriental. En sus actuaciones el grupo recurre a una amplia variedad de instrumentos (diversos violines, guitarra, mandolina, percusiones variadas, además de algunos otros propios de la zona), rescatando al mismo tiempo letras de canciones ya casi perdidas. Pero todo ello lo efectúa esta Orquesta de San Nicolás con algunos guiños a lo contemporáneo, de manera que podemos descubrir en sus canciones algunos arreglos que se remiten al rock o al jazz. Tradición y modernidad al mismo tiempo.
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Visitad la Web de la Orkiestra Mikolaja (con versión en inglés) y ved después este vídeo de una de sus actuaciones, interpretando una balada tradicional. Puro relax.

08 agosto 2009

LA PINTURA DE MARC MONTIJANO

INDAGANDO EN LO SENCILLO

Hace ya casi dos años, un joven residente en Málaga envió un correo electrónico al buzón de ENSEÑ-ARTE. Marc Montijano se presentaba como director de Homines.com, una Web a la que calificaba como un amplio y visitado portal cultural en castellano, solicitando mi colaboración en la página. Interesado como estoy en la difusión del Arte, sobre todo cuando las iniciativas parten de jóvenes, no dudé en aceptar la propuesta y desde entonces han sido varias las veces en la que he enviado artículos a Homines, también publicados en este blog.

Superior. Marc Montijano. Izquierda: "Opinión" (2004). Derecha: "Bailarina" (2004).
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Nació así una colaboración virtual que se ha ceñido siempre a los temas relacionados con la Historia del Arte. Sin embargo, hace unos meses descubrí de manera prácticamente casual que mi interlocutor, de profesión historiador del arte, no sólo ejerce de director de ese joven portal, sino que también se dedica directamente al arte. Efectivamente, Marc Montijano (1978), siguiendo la vocación paterna, practica de manera habitual la pintura e incluso, en ocasiones, hace incursiones en otras formas de expresión plástica. Y como ya he hecho otras veces en el blog en relación con jóvenes artistas, dejo aquí constancia de esa dedicación; en este caso convencido, aún sin haber visto todavía en directo ninguna obra del autor (cuestión que espero resolver en unos meses), que se trata de una propuesta con la suficiente personalidad, de una mirada específica y reflexiva con puntos de vista bastante interesantes.

Marc Montijano. Izquierda: "22 de abril" (2004). Derecha: "El café" (2004).

Por lo que he podido ver en el propio blog del artista, Montijano practicó hasta hace algún tiempo una pintura figurativa, en la que las conexiones con los postulados expresionistas son bastante evidentes, siendo fácilmente perceptible, incluso, un homenaje a la época azul de Pablo Picasso. No en balde, el autor reside habitualmente en Málaga. Trabajando en series, el pintor nos ofrece un abanico de "retratos del alma" en personajes singulares a los que dota de una mirada casi común que más bien podríamos calificar de "no mirada", como si cada individuo practicase una rotunda introspección que le lleva a aislarse por completo del mundo exterior y en un acto reflejo cerrase los ojos ante el vacío que le rodea.

Marc Montijano: "Crucifixión 4" (2007).

Sin embargo, más recientemente Marc Montijano ha dado una vuelta de tuerca a su pintura y se ha adentrado en un tipo de obras que él mismo califica como propias de la "abstracción matérica". Manteniendo su interés por lo temático, la serie "Crucifixión" nos muestra unas propuestas formales de acusada sencillez, centradas en torno a la cruz como motivo central, en lo que el mismo autor califica como tema de carácter religioso. Sin embargo, es obvio que la cruz, pese a su evidencia simbólica, trasciende el aspecto puramente religioso y se convierte en un motivo de amplio significado cultural, de múltiples lecturas. A mi juicio, y a la vista de las obras, las cruces de Montijano, más que un texto, son un pretexto para el análisis de valores esenciales que queda completado en muchas obras con la presencia de cuerdas entrecruzadas. Cruces sobre cruces que parecen irse acercando de manera progresiva a un expresionismo minimalista con una interesante tendencia a la monocromía, en la que únicamente se echan de menos formatos de mayor tamaño.Tal vez sea esa la intención fundamental de estas series de Montijano: abandonar todo lo innecesario para profundizar en una indagación de lo sencillo. Ya es bastante.


















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Marc Montijano. Izquierda: "Crucifixión 11" (2008). Centro: "Crucifixión Ecce Homo I" (2009). Derecha "Crucifixión 19" (2008).

Podéis ver más obras de Marc Montijano en el propio blog del artista. Leed además la entrevista sobre su trayectoria y sus inquietudes que figura en Homines.

07 agosto 2009

ORGOSOLO

MURALISMO POPULAR EN CERDEÑA

Pocos lectores de ENSEÑ-ARTE habrán oído hablar de Orgosolo. Y con razón. Se trata de una pequeña localidad enclavada en el corazón de las montañas del noreste de la isla de Cerdeña (Italia). Llego hasta aquí atraído por lo que he leído en algunas guías: los antropólogos de los años cincuenta del siglo pasado hablaban de una comunidad que conservaba rasgos verdaderamente arcaizantes; un antiguo pueblo de pastores y gentes del campo, apegados a sus antiguas tradiciones, para los que el siglo XX quedaba aún lejos, hasta el punto de que el bandolerismo había sido un fenómeno presente hasta momentos bien recientes. Pero sobre todo, me trae hasta Orgosolo el conjunto de pinturas murales que decoran las calles y plazas del municipio. Tal vez de aquellos arcaísmos quede poca cosa en el pueblo, afortunadamente, y tal vez sea mejor solicitar al ayuntamiento local que mejore el aspecto de la población, pensando no en quienes llegamos hasta ella para ver sus pinturas, sino en la vida cotidiana de sus moradores.

No obstante, los murales que he podido ver en Orgosolo hacen olvidar todas las críticas y justifican plenamente la visita. Se trata de un extenso repertorio de pinturas caracterizado sobre todo por un elevado componente de crítica social y política. Las primeras obras surgieron a finales de los años sesenta, en una época en la que aún parecía inminente el derrumbe del capitalismo con sus falsas promesas de felicidad general. Desde entonces, el número de murales no ha parado de crecer, impulsado por gentes venidas de fuera y por artistas locales y otras personas de Orgosolo. El contenido responde a planteamientos vigentes en la época de su realización entre los grupos de izquierda y extrema izquierda: la vida de Antonio Gramsci (el fundador del partido comunista italiano) transcurre ante nuestros ojos, al igual que podemos contemplar imágenes alusivas al Che Guevara o a los creadores del marxismo-leninismo. Otras hacen referencia a la lucha de las mujeres por su emancipación, pero no faltan vibrantes escenas de vida cotidiana o críticas a la situación política italiana en la actualidad.

En todo caso, me llamó la atención la alta calidad de estos murales populares que recurrían a planteamientos cercanos a la estética cubista y al más puro expresionismo para contarnos la colorista y sencilla visión de los humildes acerca de la historia y de las dificultades de la vida, entroncando en este sentido con las posiciones del muralismo mexicano. Una completa muestra de arte popular de enorme interés, porque logra atraer al espectador y hacerle reflexionar sobre cuestiones que muchas veces parecen olvidarse en la vida cotidiana. Son pocas palabras, que en este pueblo perdido en las montañas sardas quedan expuestas de forma rotunda en imágenes. Justicia, igualdad, derechos civiles, libertades. Educación ciudadana, en definitiva.

Más información y fotos sobre los murales de Orgosolo en este blog en español y en la página Web del municipio. Ved también esta serie de 24 imágenes del fotógrafo Javier Galiana. Os dejo además esta presentación para que os hagáis mejor idea del patrimonio popular de Orgosolo. Con Dylan de compañía... la respuesta está en el viento.

 

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