10 marzo 2007

LA ARQUITECTURA BARROCA EUROPEA

LUJO, SORPRESA Y DECORACIÓN ABUNDANTE



Gian Lorenzo Bernini: Columnata de San Pedro del Vaticano (1657). Roma.

Francesco Borromini: "Iglesia de San Carlos de las cuatro fuentes" (1667). Roma.

Cuando se recorre el continente europeo, raro es el país en el que el urbanismo y la arquitectura barrocos no han dejado una fuerte impronta en la imagen que presentan las principales ciudades. En muchas de las grandes capitales, los palacios y las iglesias, pero también numerosas plazas, grandes calles y avenidas, así como espectaculares fuentes o jardines son exponentes de los gustos estéticos imperantes en el siglo XVII.

La arquitectura barroca busca, como todo este arte, sorprender al espectador, concibiendo el edificio como un conjunto en el que las líneas curvas introduzcan constantes elementos de sorpresa. De ahí las plantas ovaladas, alabeadas o elípticas, las fachadas que se ondulan como si fuesen grandes cortinajes hechos de piedra, el empleo de frontones curvos y además partidos, o la decoración mediante volutas y alerones. Como elementos sustentantes se recurre a los órdenes clásicos y al gigante. Y además, con funciones más bien decorativas, se inventa la columna salomónica, que resume a la perfeción el espíritu ascensional de esta arquitectura.

Hardouin Mansart: "Galería de los espejos" (1678-1682). Versalles.

Pero una vez levantada, por así decirlo, la estructura del edificio, debe procederse a su decoración. Las yeserías, los mármoles de colores, las maderas doradas, los cuadros y los frescos, las estatuas y los relieves, incluso los espejos... todo sirve pra conseguir un conjunto arquitectónico que no deje indiferente al espectador.

Finalmente en numerosas ocasiones el edificio no se concibe aislado, sino formando parte de una determinada escenografía. Esta es la razón que explica, por ejemplo, el desarrollo del paisajismo y la jardinería en la época barroca, visible sobre todo en esos palacios que aparecen integrados en un parque, en unos jardines, que sirvan al descanso y el ocio de quienes entonces poseían unos niveles de vida por completo diferentes a los de la mayor parte de la población, esas clase privilegiadas que un siglo después de la época barroca comenzarían a ver en peligro esa situación tan exclusiva.

Francesco Borromini: "Cúpula de San Carlos de las cuatro fuentes" (1667). Roma.

Esta página recoge algunos apuntes sobre arquitectura barroca, partiendo del análisis de la Iglesia de "Il Gesú", en Roma, que se considera el primer edificio precedente de este estilo. Son también interesantes los contenidos de esta otra página, aunque están poco ilustrados. Es excelente la información de la Wikipedia inglesa, que presenta las características ordenadas por cada uno de los países, con numerosas fotos. Por otra parte, una excelente aportación: el catálogo on line de una exposición celebrada en la NGA de Washington sobre la arquitectura europea entre 1600 y 1750, con imágenes, vídeos, sonido, etc. Y, finalmente, la página de un amante del arte barroco romano, completísima en cuanto a enlaces y fotografías.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola , profesor cuando usted pregunto que porqué tenía la plaza de San Pedro la forma ovalada yo pense que era porque nos recordaba a una ostia consagrada..eso no tienen nada que ver no? jejeje.Saludos Cordiales

Juan Diego Caballero dijo...

Alejandra:
Hace ya muchos años que no me fijo, pero supongo que lo que tú llamas la hostia (con H) consagrada debe seguir siendo redonda, luego mal puede ser el "modelo" de la plaza de san Pedro, que responde a lo que ya os comenté en clase.
Saludos cordiales,
JDC

Anónimo dijo...

si , sigue siendo redonda jejeje stoy atontada jajaja Gracias.Saludos

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