03 octubre 2009
UNA MEDITACIÓN FOTOGRÁFICA
CLAUSTROS MONÁSTICOS Y BUDISMO ZEN
Fijaos bien en la imagen de la izquierda. Se recoge en ella una panorámica, quizás la más conocida, del monasterio de San Juan de la Peña, con ese interesantísimo claustro románico que parece una miniatura, levantado bajo la enormidad de la roca que lo cobija. Pero si contemplamos con detalle la fotografía, sobre el claustro figura una persona, prácticamente colgada en la roca, como si tratase de escalarla. Una diminuta presencia humana, en medio de un paisaje natural sabiamente transformado por el hombre hace ya muchos siglos.
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La presencia humana en estas fotografías de Martín Zarza no daña en absoluto el paisaje arquitectónico en el que aquella se desenvuelve. Más bien al contrario, su peculiar mirada devuelve a esos claustros románicos el aire de soledad y de silencio que en ellos debió predominar cuando los ocupaban sus cenobíticos moradores. Una llamada a la espiritualidad, en definitiva, porque sólo mirando hacia dentro de nosotros mismos estaremos en disposición de entender mejor lo que pasa fuera.
Juan Martín Zarza: "Meditatio-7". Monasterio de San Juan de la Peña. Huesca.
Pero, ¿qué hace ahí esa figura? ¿Por qué encontramos en las demás fotos que acompañan a este texto a otros personajes en diversas actitudes, siempre contextualizados en claustros monásticos de insólita belleza? Para responder esta cuestión hemos de decir que se trata de un proyecto fotográfico titulado, precisamente "Meditatio", desarrollado por el sevillano Juan Martín Zarza (1977), mediante el cual ha tratado de plantear una reflexión visual acerca de dos de las cimas de la espiritualidad humana de todos los tiempos: de un lado, la que se desarrolló en los monasterios levantados por toda Europa Occidental en los siglos centrales de la Edad Media y, de otro, la que se había iniciado varios siglos antes en el Extremo Oriente con la aparición del budismo zen, palabra ésta que podríamos traducir, precisamente, como "meditación". Dos tradiciones bien distintas, de ámbitos culturales bien diversos, pero que en el fondo presentan elementos semejantes: la vía de la meditación y la práctica de una vida ascética como elementos centrales para alcanzar la liberación espiritual del individuo.
Superior: Juan Martín Zarza: "Meditatio-4". Monasterio de Santa María de Valbuena. Valladolid.
Es precisamente la comunión de estas dos tendencias ascéticas lo que Martín Zarza nos presenta en sus fotografías. Para ello ha tomado como fondo de sus imágenes algunos de nuestros más conocidos claustros románicos y ha insertado en ellos figurantes que evocan la espiritualidad zen. Como él mismo afirma, con este proyecto " quise representar un modelo oriental de meditación en Europa y para ello decidí introducir en los claustros cristianos, modelos realizando acciones propias del Zen. Con esto, usaba la arquitectura espiritual occidental como continente y la esencia del Zen oriental como contenido."
Juan Martín Zarza: "Meditatio-1". Monasterio de Santo Domingo de Silos. Burgos.
Juan Martín Zarza: "Meditatio-11". Monasterio de Santa María la Real de Villamayor. Burgos.
En estos espacios claustrales que el fotógrafo nos presenta no se nos habla, precisamente o no necesariamente, de religión. Se nos invita a la reflexión o, como el título mismo de la serie nos indica, a la meditación. Porque de eso estamos precisamente ayunas las personas de estas sociedades avanzadas en las que la prisa parece ser el valor predominante. Así que me quedo aquí un rato, tranquilamente, contemplando estas fotografías del artista sevillano. Meditando, en suma.
Para más datos sobre esta meditación multicultural, visitad la interesante Web del fotógrafo Martín Zarza.
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20.2. FOTOGRAFÍA SIGLO XXI
30 septiembre 2009
UNA CASA ENTRE LOS PINOS
DEJANDO A UN LADO EL CHALÉ CONVENCIONAL
Pocas veces se tiene ocasión de asistir casi en directo a la génesis de un edificio y, mucho menos, de que sea el propio arquitecto que lo ha diseñado quien te explique sus intenciones al levantarlo, los problemas que generó su construcción y las soluciones que se plantearon. Pero eso exactamente es lo que me ha sucedido respecto a la casa que el arquitecto sevillano Antonio Cabrera Ponce de León ha concebido en la gaditana playa de La Barrosa (Cádiz), un lugar dotado de innegables atractivos naturales, pero donde la buena arquitectura brilla frecuentemente por su ausencia. Como es bien sabido, en nuestro país existe una arraigada tendencia entre quienes disponen de recursos económicos para hacerse construir una segunda residencia en la que pasar la temporada de verano. En este caso, el edificio suele reproducir un inexistente pero tópico modelo que tal vez pretenda remontarnos a entornos rurales: la teja estará bien presente en la cubierta, abundara la cal o la pintura blanca (a veces, con revoques a la moda ibicenca) y la vivienda será la excusa perfecta para materializar todo tipo de detalles de mal gusto: escaleras de caracol innecesarias, compartimentación excesiva de los espacios, deficientes iluminaciones de los interiores, etc.

En nada de ello ha incurrido Antonio Cabrera, quien con este edificio ha llevado a cabo una doble tarea: de un lado un ejercicio de estilismo arquitectónico; de otro, proponer un antimodelo: una demostración de que también en una playa puede construirse de una manera diferente, respetando la naturaleza y, al mismo tiempo, resolviendo satisfactoriamente las necesidades de quienes van a habitar la vivienda.
La parcela en la que se llevó a cabo la edificación poseía diversos ejemplares de pinos de gran tamaño, magníficas muestras del amplio bosque de esa especie que aún subsiste en La Barrosa. El primer encargo de la propiedad fue, precisamente, respetar esos pinos. A tal efecto, el arquitecto ha concebido un estrecho parelelepípedo al que los árboles parecen abrazar por todas partes; una casa en dos alturas y con cubierta plana accesible, construida en ladrillo de color blanco y que muestra completamente cerradas al exterior sus dos caras menores, mientras en las de mayor tamaño la disposición de los huecos se organiza de tal manera que en las zonas comunes deja pasar por completo la luz exterior y las convierte, prácticamente, en transparentes.
De esta forma, en planta baja se disponen un área conjunta de salón-cocina y el dormitorio principal con un baño, mientras la planta superior se reserva a las habitaciones, organizadas en línea a través de un pasillo que recorre el eje longitudinal del edificio y precedidas por un luminoso estudio abierto al nivel inferior. En la cubierta de la vivienda el arquitecto ha situado una zona de estar, al aire libre, rematada en uno de sus extremos por una piscina de pequeñas dimensiones. Desde ella la vista abarca un inmenso horizonte en el que se confunde el verde de las copas de los pinos con el azul del océano.

Nada hay en esta casa que resulte innecesario. Ninguna concesión a esas modas de playa tan habituales. Ningún elemento discordante o superfluo. La pureza de las líneas del edificio se conjuga con el minimalismo de los elementos empleados para levantarlo. Nada decora, porque la decoración está ya en el propio trazado de la casa y en los mismos pinos que la rodean. Blanco y verde. Y, sin embargo, se respira allí una clara sensación de confort, de verdadera segunda residencia que invita al sosiego y al relax. A disfrutar sin prisas del conjunto. El arquitecto quería hacer, simplemente. una casa entre los pinos: intento conseguido. Con estilo.
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17.1. ARQUITECTURA SIGLO XXI
25 septiembre 2009
IMHOTEP
EL PRIMER NOMBRE EN LA HISTORIA DEL ARTE
No, no nos estamos refiriendo a ese personaje un tanto deleznable que aparece haciendo de momia en una famosa película de aventuras. Hablamos del verdadero Imhotep, a quien le cabe la suerte de ser el primer artista conocido. Antes de él, desde la época de las pinturas paleolíticas, han llegado hasta nosotros numerosas obras de arte, pero el tiempo ha borrado la memoria de quienes las crearon. En el caso de este Imhotep probablemente hubiese sido así también si nuestro personaje, además de dedicarse a tareas artísticas de carácter arquitectónico, no hubiese desempeñado además otras importantes actividades.
Estatua sedente de Imhotep. (Hacia siglo III a.C.) Nueva York.
Más de dos mil años después del paso de Imhotep por este mundo, Manetón (un famoso sacerdote e historiador egipcio que escribió a comienzos del siglo III a.C.) hacía referencia a nuestro arquitecto y señalaba de él que Imhotep "a causa de su conocimiento de la ciencia médica está considerado por los egipcios como Esculapio; él inventó el procedimiento de la piedra tallada para la construcción de monumentos y se dedicó también a las letras". Así que no debió ser poca cosa este hombre para que dos milenios después de su vida, ya en la época saíta, se le considerase en su país como dios de la medicina y se le representase en numerosas esculturas, sentado y con los rasgos característicos de los escribas, de quienes se le consideraba protector.
En realidad, son pocas las informaciones que tenemos de Imhotep. Ni siquiera conocemos su tumba. Pero como fue coétaneo del faraón Zoser (Djeser), de la III Dinastía, podemos calcular que vivió durante el siglo XXVII a.C. Lo que sí nos han conservado los textos son algunos de los importantes cargos que ocupó al servicio del citado faraón: arquitecto de todas las obras del rey, juez supremo, portador del sello real, inspector de la secretaría del rey, sumo sacerdote de la ciudad de Heliópolis, médico real. Y luego hablamos del puriempleo en las sociedades desarrolladas.
Plano (arriba) y vista de conjunto (abajo) del complejo funerario de Sakkara. En el centro, la pirámide escalonada de Zoser.
Pero a nosotros nos interesa aquí, especialmente, la obra de Imhotep como arquitecto y, en este sentido, su contribución a la historia del Arte es enormemente relevante, porque fue él quien planificó y dirigió la construción del complejo funerario de Sakkara, que albergó la tumba de Zoser, la famosa pirámide escalonada, y que supone la consolidación en el país del Nilo de la arquitectura monumental en piedra. En efecto, hasta entonces la construcción egipcia habían empleado de manera conjunta el ladrillo de adobe y la piedra, pero con Imhotep éste material, la piedra caliza, se vuelve ahora exclusivo, buscando la duración eterna del edificio.
En realidad, Imhotep no levantó solamente en Sakkara una tumba para su faraón. Fue mucho más allá, diseñando un amplio conjunto funerario completamente amurallado de 544 metros de largo por 277 de ancho, al que se accedía por una única y estrecha entrada flanqueda por torres. Dentro de tan amplio recinto se situaban, además de la famosa pirámide, un templo funerario, varios patios, otras tumbas menores, una residencia que ocuparía el faraón durante las ceremonias allí celebradas, diversas capillas y otros edificios secundarios.
Obviamente, en este amplio proyecto la construcción más destacada es la pirámide escalonada, concebida como una superposición de seis mastabas, cada una de ellas de dimensiones más reducidas que la anterior y que se elevaba originariamente a 60 metros de altura. La arqueología ha podido dilucidar el proceso constructivo de la pirámide, en cuyo transcurso se produjeron diversas modificaciones de trazado, como si el arquitecto fuese aprendiendo de su propia experiencia e introduciendo sobre la marcha alteraciones respecto al proyecto original. Incluso se realizó un pozo subterráneo de 28 metros de profundidad, donde quedó situado el sarcófago que acabaría guardando la momia de Zoser.

Estatua sedente de Imhotep. (Hacia siglo III a.C.) Nueva York.

Vista aérea del complejo funerario de Sakkara (hacia 2650 a.C.). Egipto.

Plano (arriba) y vista de conjunto (abajo) del complejo funerario de Sakkara. En el centro, la pirámide escalonada de Zoser.


Acceso al compleo funerario de Sakkara.

Inferior. Proceso constructivo de la pirámide escalonada y detalle de sus sillares de caliza.
Podemos concluir que Imhotep sirvió cumplidamente a su señor, a cuyas órdenes había realizado todo tipo de actividades. Y lo que aún era más importante para los egipcios, levantó para el faraón el más amplio complejo funerario que jamás se construyó en el país. Su rey buscaba la eternidad y el arquitecto trató de facilitársela recurriendo a la piedra. No sé si serán eternas estas construcciones, pero han subsistido medianamente bien al paso de más de 4600 años. Dicen que la eternidad dura mucho más y tal vez la piedra no aguante tanto tiempo. Pero, probablemente, un nombre propio sí resistira: Imhotep, el primer arquitecto.
El diccionario de mitología egipcia de los "amigos de la egiptología" posee una entrada para Imhotep. Sobre este personaje, podéis leer la información que se ofrece en esta Web. Sobre Sakkara, hay muchos datos en esta página en inglés y en la de los "amigos de Sakkara".
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/2).1 ARQUITECTURA EGIPCIA
21 septiembre 2009
LA CULTURA NURÁGICA
LA EDAD DE LOS METALES EN CERDEÑA

Torre central del conjunto nurágico de Santu Antine (Hacia 1600-1450 a.C.). Torralba, Cerdeña.
Lo que se ha dado en denominar cultura nurágica de Cerdeña es un fenómeno perteneciente a las últimas etapas de la Prehistoria y, más en concreto, a la Edad de los Metales. Ahora bien, aunque algunos autores sitúan su comienzo en los inicios de la Edad de Bronce (o Bronce Antiguo, por tanto casi a comienzos del tercer milenio a.C.) otros lo localizan en la denominada Edad del Bronce Medio (hacia 1800 a.C). En cuanto a su final, hay más coincidencia: puede situarse en los últimos momentos de la Edad del Hierro, en fechas ya próximas a la conquista romana de la isla, acaecida en el año 238 a.C., aunque se observa un proceso de declinación que podría remontarse a los inicios de la colonización fenicia del territorio y que continuaría durante la dominación cartaginesa.
Inferior: Interior del nuraga Arrubiu y planta del conjunto. (Hacia 1500 a.C.). Orroli, Cerdeña.



Complejo nurágico de Su Nuraxi (Hacia 1100 a.C.). Barumini, Cerdeña.


Bronces sardos (¿?). Cagliari, Cerdeña.
Para el estudio de las torres nurágicas es muy conveniente la lectura del artículo correspondiente de la Wikipedia italiana. Además, en esta Web hay muchas fotografías de tales construcciones. Más información en esta revista de arqueología sarda e imágenes curiosas en este slide. Finalmente, en este blog español hay un buen artículo sobre los bronces sardos.
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/1).2 NEOLÍTICO Y EDAD DE LOS METALES
19 septiembre 2009
XEVI VILARÓ
REALISMO POP
Abrimos las fuentes del juicio.
Aquellas que fueron cerradas por los desterrados.
Abramos también las fuentes de los sentimientos, de las lágrimas de agua dulce que fueron filtradas para así poder regar los campos del interior. Despiértame cuando dejen de crecer dirección río abajo.


En todo caso, la de Vilaró parece una pintura realizada con fuerte personalidad, que no deja de estar presente en las distintas series temáticas en las que su obra podría ser dividida. Singularidad incluso desde el punto de vista formal, porque el artista emplea una técnica poco usual, al trabajar muchos de sus cuadros empleando óleo sobre metacrilato retroiluminado, que no sé bien en qué consiste, pero que me evoca esa película de Woody Allen en la que un visitante del infierno encuentra allí, en eterna condenación, al inventor del metacrilato. En este caso, parece que este interesante pintor saca al triste metacrilato de tan cruel destino y lo reivindica como soporte de la expresión artística, ya sea en formatos de gran tamaño o en atractivos tondos.

Xevi Vilaró se inició en la pintura a los diecinueve años y hace ya más de diez que se dedica a ella de manera profesional. Su obra se cuelga cada vez en más galerías, tanto europeas como americanas, y creo que puede asegurarse un buen futuro para este artista que se apresta a alcanzar la madurez dejándonos en el camino su peculiar visión de las gentes que pueblan nuestros paisajes urbanos. Hay mucho de retrato psicológico en las obras de Vilaró, independientemente de que el personaje posea rostro o carezca de él. En todo caso, ahí podríamos estar todos nosotros. Los seres anónimos de las grandes ciudades del siglo XXI.

Aquellas que fueron cerradas por los desterrados.
Abramos también las fuentes de los sentimientos, de las lágrimas de agua dulce que fueron filtradas para así poder regar los campos del interior. Despiértame cuando dejen de crecer dirección río abajo.

Me remite el texto que figura más arriba el artista gerundense Xevi Vilaró (1975), a quien le he solicitado que tratase de explicarme, aunque fuese en pocas palabras, el sentido de su obra y la temática en la que centra su labor. Así que me encuentro ante unas líneas que tienen claras resonancias poéticas, que nos hablan de sentimientos, de lágrimas y de sueños. Algunas claves, en suma, para aproximarse a unas obras de las que he leído en algún sitio que se encuadrarían dentro de un cierto realismo mágico, pero que a mi me parecen más cercanas a lo que, tal vez, podría calificarse como realismo pop: los fondos en vivos colores, el claro trazado de las siluetas de esos anónimos personajes (muchas veces sin rostro) que pueblan los cuadros de Vilaró o la concepción urbana de la escena de muchos de sus cuadros remitirían a esa tendencia, sin que nos olvidemos del hecho de que en algunas de tales escenas apreciamos elementos bien queridos por el surrealismo.





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Xevi Vilaró tiene una interesante página Web, con galerías de su obra y otras informaciones. En este vídeo del tubo el pintor nos explica, en catalán, alguna de sus obras.
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17.3. PINTURA SIGLO XXI
14 septiembre 2009
PPT PAUL KLEE
EL COLOR COMO EMOCIÓN

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16.5. VANGUARDIAS (II): EXPRESIONISMO
11 septiembre 2009
MILITANTES DE LA GENEROSIDAD
INTERNET COMO HERRAMIENTA DOCENTE
Cuando entraba ayer al Instituto, tomando conciencia ya del trabajo enorme que habremos de poner en marcha en los próximos días, una compañera me indica que en el diario ABC de Sevilla ha leído un artículo del columnista y escritor Fernando Iwasaki titulado "militantes de la generosidad", en el que se hace eco de trabajo de los profesores que amplían su labor docente recurriendo al empleo de las tecnologías de la información y la comunicación, en forma de páginas Webs, blogs, etc. Me dice mi compañera que en ese texto se cita a ENSEÑ-ARTE, así que llego a casa, enciendo el ordenador y un cigarro y me pongo a leer el citado artículo. Veo que Fernando Iwasaki conoce bien de cerca los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos quienes nos dedicamos a la docencia. Pero no sólo eso: también valora el trabajo que hacemos, como él mismo señala, de forma "altruista".

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En estos tiempos que corren, tan raros a veces, no está de moda ser profesor y es bien constatable que hay cada vez menos personas (incluidos muchas veces los mismos alumnos y sus padres) que valoren la labor que llevamos a cabo. Por eso leer este texto de Fernando Iwasaki me ha dado (e imagino que también a muchos otros compañeros) una lección de ánimo. Justo ahora, cuando vamos a comenzar el curso. Muchas gracias, señor Iwasaki.
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El citado artículo de ABC podéis leerlo en este enlace. Su autor, Fernando Iwasaki, tiene una Web oficial, centrada en su labor literaria.
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29. ENSEÑ-ARTE EN LA RED
09 septiembre 2009
VENUS PALEOLÍTICAS
LAS PRIMERAS ESCULTURAS DE LA HISTORIA

Con la denominación genérica de "venus paleolíticas" se conoce a un numeroso grupo de esculturas femeninas de pequeño tamaño, localizadas en diversos yacimientos correspondientes al Paleolítico Superior en Europa (Rusia incluida), realizadas tanto en bulto redondo como en relieve y que supera ya el centenar de ejemplares, dejando a un lado el hecho de que representaciones con el mismo motivo se han encontrado también formando parte de algunos conjuntos de pintura rupestre. Antes que otra cosa, conviene precisar que el término de Venus no alude aquí, lógicamente a ninguna divinidad de la belleza y ni siquiera puede afirmarse que corresponda a una cierta idealización de este concepto.
Izquierda: Venus de Lespugue. Marfil. Hacia 26000/24000 a.C. París. Derecha: Venus de Savignano. Esteatita. ¿25.000 a.C.? Roma.
Cuando se trata de analizar estas figurillas, existen varias cuestiones en las que coinciden plenamente todos los investigadores: no cabe duda de que son representaciones femeninas, cuyos autores han puesto un énfasis especial en recoger con el mayor detalle algunos rasgos anatómicos, fundamentalmente los pechos, las caderas y las nalgas, el vientre e incluso la vulva, lo que podría indicar una clara preferencia por los elementos más visibles de la sexualidad femenina. Al mismo tiempo, en muchas
de estas figuras observamos también una exageración de la obesidad concentrada en esas zonas del cuerpo, lo que se ha dado en calificar como esteatopigia, aunque tal palabra no figure en el diccionario de nuestra lengua. Además, frente a la presencia de estos caracteres, la mayoría de estas figuras carece de rostro propiamente dicho (aunque a veces se represente el cabello) y se observa en ella la escasa atención prestada a las extremidades que en algunos casos están sólo indicadas muy escuetamente. Finalmente, en casi todas estas piezas resulta evidente la esquematización de la representación humana, que viene a contrastar enormemente con el elevado naturalismo de las figuras de animales características de la pintura rupestre de la misma época.
Venus de Willendorf. Piedra caliza. 24.000/22.000 a.C. Viena.
Venus de Brassempouy. Marfil. 26.000/24.000 a.C. París.
Sin embargo, el acuerdo entre los investigadores termina a la hora de dilucidar cuál puede ser el significado que puede atribuirse a estas figurillas. Según unos, cabe entenderlas como primitivas diosas de la fertilidad, teniendo presente lo explícito de los rasgos sexuales femeninos. Partiendo de esta idea, hay quienes las consideran amuletos de uso personal (lo que explicaría la ausencia de pies o de soportes para su colocación en vertical), que podrían asociarse a ideas apotropaicas (propiciadoras de la salud), mientras que otros apuntan a que se trata de una cierta forma de autorretratos (ante lo cual tendríamos que preguntarnos porqué no los hay masculinos). Por último, no falta quien explica su existencia como manifestación del carácter matriarcal de estas sociedades paleolíticas. En el
caso de la venus reproducida junto a estas líneas, la presencia de ese cuerno ha llegado a asociarse a la idea de "cuerno de la abundancia", lo que parece poco probable para este tipo de sociedades depredadoras.

Casi con toda seguridad jamás sabremos de manera definitiva porqué se realizaron estas diminutas figuras. Pero ahí quedan (junto a las representaciones de algunos animales) como una de las más antiguas muestras de la escultura humana. Magníficos ejemplos del arte mueble de las sociedades cazadoras-recolectoras del Paleolítico Superior que evidencian la posesión por sus autores de ciertas preocupaciones de carácter estético (aunque no exclusivamente) y el avance respecto a una nueva capacidad de la inteligencia humana: la de realizar objetos artísticos en tres dimensiones.


Izquierda: Venus de Lespugue. Marfil. Hacia 26000/24000 a.C. París. Derecha: Venus de Savignano. Esteatita. ¿25.000 a.C.? Roma.


Venus de Willendorf. Piedra caliza. 24.000/22.000 a.C. Viena.
Dada la amplia extensión geográfica en que se han encontrado estas venus (desde el sur de Francia hasta las estepas siberianas) es obvio que no puede existir un único modelo ni en cuanto a la forma de la figura, ni
respecto a su tamaño (oscilan entre los 5 y los 25 centímetros) o la materia prima empleada para realizarlas (piedras de diverso tipo, marfil, hueso, etc.). En todo caso, y pese a la diversidad de modelos existentes, bien pudiera plantearse la existencia de una cierta unidad cultural en el amplísmo territorio en el que se localizan los hallazgos, asociada aquella a la presencia de los Homo Sapiens.

Venus de Brassempouy. Marfil. 26.000/24.000 a.C. París.


Venus de Laussel. Piedra caliza. ¿Hacia 24.000 a.C.? Burdeos.
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Izquierda: Venus de Gagarino-1. ¿? Piedra. Ucrania. Derecha: Venus de Dolní Věstonice. Terracota. 29.000/26.000 a.C. Brno, República Checa.
En esta página australiana podréis acceder a un amplio repertorio fotográfico de venus paleolíticas procedentes de diversas partes de Europa, que puede completarse con la excelente presentación sobre escultura paleolítica que ofrece la Bradshaw Foundation. Como ejemplo de análisis de una de estas venus, ved el que ofrece el profesor Witcombe sobre la de Willendorf.
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/1).1 ARTE PALEOLÍTICO
07 septiembre 2009
LA CUEVA DE CHAUVET
EN LOS ORÍGENES DEL ARTE RUPESTRE
Afirmaba una teoría tradicional que el arte rupestre debió surgir en un determinado momento ya avanzado del Paleolítico Superior y que desde entonces se habría producido una difusión de esta nueva capacidad (la de la creación artística) del Homo Sapiens a un número cada vez mayor de grupos, mientras que se desarrollaba un lento proceso evolutivo que conducía a una perfección cada vez mayor de las representaciones. En definitiva, se asociaba la naturalidad de una determinada imagen rupestre (por ejemplo, un bisonte) a momentos avanzados del Paleolítico, mientras que las representaciones más rudas se consideraban de épocas más antiguas. Aunque tal afirmación encontró hace ya tiempo numerosos detractores, no ha sido hasta el descubrimiento de la Cueva de Chauvet-Pont d´Arc cuando la vieja teoría ha podido quedar, empíricamente, descartada.
Superior: Cueva de Chauvet: gran panel en negro.
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Junto a todo ello, la gran sorpresa proporcionada por la cueva de Chauvet es la antigüedad de sus figuras rupestres. Las dataciones obtenidas por el método del radiocarbono indican que las obras más antiguas fueron efectuadas hace aproximadamente unos 32.000 años, siendo las más recientes unos diez mil años posteriores. Por tanto, cabe asignarlas a diferentes horizontes culturales paleolíticos, que se extienden desde el Auriñaciense-Gravetiense hasta el Solutrense. Así pues nos encontramos probablemente ante las representaciones rupestres más antiguas conocidas hasta el momento. Pero lo importante no es eso únicamente.
Ahora tenemos que reconocer que el Arte paleolítico se inició poco después de la llegada a Europa del Homo Sapiens (los hombre actuales,a los que tradicionalmente identificamos como cromañón) y que además lo hizo con unos elevados niveles de calidad. No fue necesario esperar miles de años a que la expresión artística se consolidase. Asombrosamente, parece poder afirmarse que lo hizo así desde sus mismos inicios. Claridad de ideas, podríamos decir.

Superior: Cueva de Chauvet: gran panel en negro.
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Pero vayamos por partes. A finales del año 1994 tres espeleólogos recorren unos acantilados rocosos de la región del río Ardèche, situada en el sudeste de Francia. Tras unas horas de paseo, descubren la entrada a una cueva que acabará llevando el nombre de uno de ellos y que en poco tiempo revelará su importancia trascendental para el estudio del arte rupestre, hasta el punto de que poco más de tres años después el conjunto pasa a ser propiedad del estado francés que, desde entonces, se ocupa de su conservación y estudio, encargados a un amplio equipo multidisciplinar. Luego hemos sabido que la entrada de la cueva quedó bloqueada por un derrumbe que debió suceder hace unos veinte mil años, con lo cual su interior se mantuvo, hasta el momento del hallazgo, completamente intacto en cuanto a presencia humana se refiere. Por otra parte, se estima que los grupos paleolíticos ocuparon la cueva en dos periodos distintos, separados entre por unos seis mil años, dejando allí numerosas evidencias de sus estancias.
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La cueva posee un recorrido de medio kilómetro aproximadamente, en el cual se localizan varias enormes salas que en algún caso alcanzan más de treinta metros de altura. Pero dejando aparte la importancia geológica del hallazgo, lo que nos interesa de esta cavidad francesa es antes que nada el amplio repertorio de representaciones rupestres que contiene, tanto en pinturas como en grabados.
Actualmente hay localizadas unas 420 figuras de animales y llama la atención que, a diferencia de los que sucede en otras cuevas en las que el número de especies representadas es muy reducido, aquí supere la docena: rinocerontes, ciervos, leones, mamuts, osos, caballos bisontes, etc. Pero es que, además, hallamos en Chauvet especies prácticamente inéditas en otras cuevas, destacando la representación de un búho, la de una pantera y, probablemente, la de una hiena. Parece poder afirmarse, por tanto, que los pintores de esta cueva mostraban una especial predilección por la representación de aquellos animales que (como los leones y otros carnívoros) suponían un claro peligro para los seres humanos. En un caso, parece evidente además la presencia de una venus, algo relativamente habitual en la escultura pero muy escaso en la pintura parietal.

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En cualquier caso, no se trata solamente de la amplitud de este bestiario paleolítico; al mismo tiempo, las representaciones destacan además por su elevada calidad artística, de un alto naturalismo, quedando pantente el interés de los pintores por imprimir dinamismo a las figuras que en ocasiones, son verdaderas composiciones en las que se muestran escenas de grupo. Incluso hay figuras que nos hablan de una clara búqueda de la perspectiva. Por otra parte, las técnicas empleadas para todo ello son también diversas: pintura (realizada frecuentemente
mediante difuminado y otras veces retocada con los dedos), grabado e incluso impresiones sobre arcilla en la pared de la cueva, como en el caso del búho al que antes hemos aludido. Entre los colores, los más empleados son el rojo y el negro, que parecen distribuirse de manera diferente según el lugar de la cueva en el que nos encontremos. Los investigadores creen que el pintor comenzaba realizando la cabeza del animal (y, en su caso, también los cuernos), pasaba luego a efectuar el trazado general de la figura y concluía su trabajo añadiendo los diversos detalles.

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Cueva de Chauvet. Superior izquierda: hiena (¿?) y pantera. Derecha: leones.
La cueva de Chauvet-Pont d´Arc tiene una excelente Web, que puede visitarse en castellano, con informaciones diversas y bien ilustradas. Como complemento, puedo recomendaros está otra página francesa (también es español) y la lectura de esta interesante monografía sobre "escuchar al Minotauro".
La cueva de Chauvet-Pont d´Arc tiene una excelente Web, que puede visitarse en castellano, con informaciones diversas y bien ilustradas. Como complemento, puedo recomendaros está otra página francesa (también es español) y la lectura de esta interesante monografía sobre "escuchar al Minotauro".
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/1).1 ARTE PALEOLÍTICO
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