EL MEJOR EJEMPLO DEL RELIEVE HISTÓRICO ROMANO
Busto de Trajano. (Comienzos siglo II). Munich, Alemania.
A finales del siglo I un romano nacido a escasos kilómetros del lugar desde donde escribimos fue proclamado emperador de Roma, conforme había decidido Nerva, quien lo había adoptado para que lo sucediera en el cargo. Se trataba de Marco Ulpio Trajano, que dirigió el imperio entre el año 98 y el 117. No debió ser poco lo que Trajano realizó durante esos años cuando a los emperadores posteriores se les saludaba, en su acceso al cargo, con esta frase: "Felicior Augusto, melior Traiano". Que seas más afortunado que Augusto y mejor que Trajano.
Busto de Trajano. (Comienzos siglo II). Munich, Alemania.
Pero, puestos a juzgar, muy probablemente ninguno de aquellos emperadores llegó a hacer realidad ese deseo y Trajano acabó siendo considerado el mejor de los gobernantes del Imperio que alcanzó con él su mayor extensión territorial. Dentro de esta política de expansión, en el año 101 el emperador inició la conquista de la Dacia, región que ocupaba parte de la actual Rumanía. Dos guerras sucesivas le fueron necesarias para la conversión de aquel territorio en una nueva provincia romana, hasta que en el año 106 Trajano regresó triunfante a Roma.
Los botines obtenidos permitieron al emperador disponer la construcción de un nuevo foro en la ciudad, una enorme plaza porticada de grandes dimensiones, rematada por espacios curvos en sus dos extremos, al modo helenístico. El conjunto fue diseñado por el arquitecto sirio Apolodoro de Damasco (60-130), quien dispuso allí diversos edificios, entre otros una basílica, un templo, los famosos mercados y dos bibliotecas. Además, el Senado acordó que se levantase allí mismo una columna conmemorativa que celebrase la nueva conquista y narrase los distintos episodios de las campañas militares. Ese es pues el origen de la Columna Trajana, un cilindro de mármol que alcanzaba unos 34 metros de altura, levantado sobre un pedestal en el que deberían reposar en su momento las cenizas del emperador y rematado por una escultura colosal que representaba, desnudo y heroizado, al propio Trajano. (Actualmente ocupa ese lugar una estatua de San Pedro). Una escalera recorre todo el interior, faclitando el acceso a la parte superior.
Superior: vista parcial del Foro de Trajano. Inferior: vistas de la columna Trajana y detalle de sus relieves.
No existían precedentes en Roma de un monumento conmemorativo de tales características y tampoco era costumbre en el mundo griego. De forma que esta columna colosal ha de considerarse como una novedad absoluta en la Historia del Arte que luego ha tenido muchas otras continuadoras. Sobre el mármol del cilindro se dispone una banda helicoidal de bajorrelieves que ocupa unos 200 metros de longitud. En ellos se narra, de abajo a arriba y con el típico detallismo romano, las dos campañas militares de Trajano en la Dacia, contadas con un afán de narración histórica que nos permite ver como se afrontaba una empresa bélica de estas características en la Roma imperial. Parece evidente que el narrador no quiere contarnos relatos fantasiosos sobre las victorias de Trajano. Su interés se centra en que el espectador sea capaz de hacerse cargo de lo que implica, para un jefe militar, alcanzar la victoria.
No sabemos el nombre de quienes pudieron trazar unos relieves de tan colosales dimensiones, aunque la unidad estilística llamará profundamente nuestra atención, al tiempo que su capacidad para mostrarnos verdaderas escenas en un plano de tan escaso volumen, consiguiendo que el efecto de profundidad sea mayor que el que corresponde a la realidad. Todo ello para narrar los esfuerzos de quien fue consierado el mejor emperador de Roma, el italicense Trajano. Óptimo príncipe.
Para estudiar la Columna Trajana, ya hemos recomendado aquí alguna vez esta excepcional página, de la cual hemos tomado algunos de los relieves que figuran en la siguiente presentación.