17 diciembre 2010

REVISTA ATTICUS

POR AMOR AL ARTE

Hace ya bastante tiempo, recibí en el correo electrónico de ENSEÑ-ARTE un mensaje del editor de una revista electrónica vallisoletana dedicada a temas culturales y, de manera preferente, al Arte. El mensaje contenía una doble invitación: de un lado, para la la descarga  del último número de la revista; de otro, para colaborar en ella si me parecía interesante la propuesta. Fue así, de esta manera virtual, como tomé contacto con Luis José Cuadrado (Luisjo, como a él le gusta que le llamen) y con la revista ATTICUS.

Siempre que recibo propuestas de este tipo las acojo con cordialidad: una de las mejores cosas que tiene la Red es precisamente la posibilidad de que gente muy diversa pueda hacer cosas interesantes sin necesidad de invertir más que una parte de su tiempo libre y sin que necesariamente se busquen en todo ello beneficios económicos. Por lo demás, el contenido de ATTICUS merecía especial atención: la revista estaba excelentemente maquetada, las ilustraciones cuidadosamente seleccionadas y, en fin, los textos eran amenos e interesantes. En definitiva se notaba que detrás de aquella propuesta electrónica había un editor que ponía en ella no sólo tiempo, cariño e interés, sino suficientes conocimientos.

Fue de esa manera como comenzó mi colaboración habitual con ATTICUS, que ha llegado hasta los momentos actuales. Siempre que me ha sido posible he enviado a la revista algún texto, reelaborado de otros ya publicados en este blog o expresamente escritos para las páginas de ATTICUS. Poco a poco fuimos tratando, entre otras cuestiones, acerca de la obra de Mark Rothko, de la peripecia vital de los cuadros de Theodoros Stamos, de la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe, de las alucinantes fotografías de la naturaleza que realiza Antonio Camoyán o de la nueva perspectiva expresionista que encontramos en los cuadros de Alejandro Schmitt.

Pues bien, hoy mismo la revista ATTICUS da un inesperado e interesante giro en su habitual trayectoria, refrendada ya por doce números, amén de algunos otros monográficos: en estos tiempos que parecen consagrar, en cierta medida al menos, el triunfo de las publicaciones electrónicas, nuestra revista vallisoletana se pasa momentáneamente al papel y saca a la calle un primer número con una cuidadísima  edición, que será presentado esta misma tarde en el Museo Patio Herreriano de Valladolid. Hasta allí llega la felicitación más cordial de ENSEÑ-ARTE.

Sabe Luisjo que todos los que de alguna manera hemos colaborado con él en este fascinante proyecto que ahora cobra aspectos de multiaventura estaremos allí esta tarde, de una u otra forma, de persona o de corazón. Por que él nos ha contagiado su entusiasmo. Por amor al Arte.

Esta es la dirección Web de Revista ATTICUS, donde podréis encargaros un ejemplar de ese número 1 en papel, así como descargaros gratuitamente los doce números anteriores en formato electrónico. Además, leed esta entrevista al editor de la revista en El Cultural.es.

06 diciembre 2010

LA BOTTINE SOURIANTE

FUSIÓN CELTA DESDE CANADÁ

Este grupo tiene desde su origen una denominación ciertamente singular: La bottine souriante: la bota sonriente. Además, como se verá, este nombre no es fruto de la simple casualidad. Comencemos por señalar que nos encontramos ante una banda bastante peculiar. Su trayectoria arranca nada menos que en 1976. Los músicos que entonces componían el grupo se decantaron por hacer un tipo de música que rescataba tonadas procedentes de los ritmos celtas con aportaciones  propias del Canadá francés, de donde procedían. El francés era también la lengua que habitualmente empleaban en sus canciones.

Desde entonces hasta hoy, La bottine ha experimentado una lógica evolución: muchos de sus miembros han cambiado (en la actualidad componen la banda diez músicos) y el grupo se ha abierto a nuevos aires musicales, de manera que en sus canciones podemos hallar mezclados sin dificultad ritmos celtas, melodías propias del folclore canadiense quebequés, diversos tipos de jazz, aportaciones de la música tradicional francesa e incluso tonadas de origen medieval. Con todo ello, no es difícil definir a La bottine como una banda completamente de  fusión. Por otra parte, y como podréis ver al final del vídeo, este grupo canadiense cultiva también, con mucho acierto, la podorritmia o arte de la percusión con los pies. Una técnica poco habitual y ciertamente muy interesante que podemos asociar con esa bota que da nombre al colectivo.

Aunque La bottine souriante sigue dando conciertos en la actualidad, desconozco las razones que pudieran explicar porqué el grupo no saca a la luz ningún nuevo disco desde el año 2003. Tampoco importa demasiado, porque más de una docena de ellos avala el conjunto de su trayectoria, de la que podréis obtener más informaciones (en francés e inglés) en la Web oficial de la banda.

 

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