Según afirma una piadosa tradición cristiana, hacia el año 125 una matrona romana, de nombre Sabina y viuda por más señas, acabó convertida al cristianismo gracias a los desvelos de una de sus esclavas. Un año después, en tiempos de la persecucíón contra los cristianos desatada bajo el gobierno del emperador Adriano, la citada esclava fue conducida al martirio y su ama no tardó mucho en seguir el mismo camino, muriendo degollada, no sin antes haber dejado en donación su vivienda a los cristianos de Roma.
Basílica de Santa Sabina (422-432); vista exterior desde el ábside. Roma.
Obviamente,es imposible constatar esta tradición desde un punto de vista histórico y, sin embargo, es la causa de que en homenaje a tal mártir se levantara en el Aventino romano una basílica a ella consagrada, que resulta ser uno de los escasos templos de la cristiandad primitiva que han llegado hasta nosotros en un estado de conservación bastante fiel al que debió presentar originariamente. No obstante, hay que tener presente que excavaciones recientes en la basílica han permitido concluir que, efectivamente, su obra se levantó sobre una vivienda romana anterior. Llegue el lector a sus propias conclusiones.
Este templo, cuya lápida fundacional se conserva, fue construido entre los años 422 y 432, bajo la dirección del sacerdote Pedro de Iliria y durante el pontificado de Celestino I. Responde al modelo que se difundió en la arquitectura cristiana primitiva tras la publicación del Edicto de Milán (313), que otorgó a los cristianos la libre práctica de sus cultos y ceremonias. Pero no se trata de un modelo original, sino que se encuentra directamente inspirado en un precedente romano: la basílica, edificio dedicado a la administración de justicia y a la realización de transacciones comerciales. Las razones de este hecho parecen estar claras: la congregación de los fieles en un determinado espacio requería de una determinada organización que facilitase una cierta preeminencia del celebrante y, en general, de la incipiente jerarquía cristiana constituida por el clero.
Vista del templo hacia la cabecera (superior e inferior izquierda) y los pies (inferior derecha).
Así pues, este tipo de edificio basilical, con su eje longitudinal claramente marcado, con su cabecera absidada que enmarca el altar y permite al clero situarse en un lugar preeminente, con el nártex adosado a los pies del templo para acoger a los neófitos y, en general, con sus amplias dimensiones que facilitan la congregación de un número creciente de fieles, respondía sobradamente a las necesidades de la religión cristiana. Y estas cuestiones son la que explican la organización de este templo, en la que debe destacarse también la distribución en tres naves, siendo la central más alta y ancha que las laterales y estando éstas separadas de aquellas mediante arcos de medio punto que apean sobre columnas de un innegable clasicismo con sus hojas de acanto. Además, la menor altura de las naves exteriores permite colocar sobre ellas una hilera de ventanales que, junto a los que se disponen en el ábside, iluminan el interior de la iglesia.
Por lo demás, se ha conservado en Santa Sabina una de las puertas originales de entrada, datable también en una fecha imprecisa del siglo V y realizada en madera, con asombrosos relieves de temática religiosa. En ella pueden contemplarse todavía hoy algunas de las escenas más recurrentes de la plástica cristiana, como la cruxifición o la adoración de los magos, sólo que en este caso podemos apreciarlos en una de sus versiones más primitivas.
Basílica de Santa Sabina: Vista del pórtico de entrada (izquierda) y detalle de la crucifixión (derecha).
En definitiva, tenemos en Santa Sabina uno de los templos más antiguos de la nueva religión cristiana que dejaba atrás el mundo de las catacumbas en el que debió instalarse durante casi trescientos años. pero hay que reconocer que en estas nuevas iglesias levantadas a la luz pública más cosas comenzaban a dejarse atrás respecto al mensaje contenido en los evangelios. Emergía ahora un clero que quería dejar bien patente su posición diferenciada y superior a la del resto de los creyentes. Y en esas estamos todavía. La humildad primitiva estaba en trance de desaparición.
Aquí tenéis (en inglés) una descripción de la basílica, algunas fotos y numerosos enlaces. En español puede recurrirse a la información que proporciona la Wikipedia. Por último, merece la pena, aunque esté en inglés, leer esta excelente información sobre los paneles de las puertas de Santa Sabina y detenerse en apreciar las magníficas fotografías que la ilustran.