03 noviembre 2008

EDUARDO ARROYO

LA PINTURA IRÓNICA, LA MIRADA CRÍTICA

La obra que figura aquí al lado, a la izquierda, es un buen ejemplo de la actitud vital y del estilo pictórico que cultivaba en los años sesenta del pasado siglo el pintor español Eduardo Arroyo (1937). En ella retrata al invicto caudillo tal como fue: bajito y regordete. La idea de España que poseía quien la gobernó durante casi cuarenta años queda aquí bien definida por el pintor: el personaje ocupa la mayor parte de la composición, mientras la bandera (que, a fin de cuentas, viene a simbolizar al propio país) resulta reducida a su mínima expresión, en manos de un hombrecillo que parece un cacique rural del siglo XIX, obsesionado por conservar el poder a toda costa.

Superior. Eduardo Arroyo: Izquierda: Franco (1962). Derecha: "Anónimo en España al revés" (2006).
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Inferior. Eduardo Arroyo: "España" (1991). "Caballero español" (1970). París.

En esa época nuestro pintor, con un título de periodista en el bolsillo, se había trasladado a París, donde pensaba dedicarse a la literatura. Pero a veces las cosas no acaban como uno se imagina y el joven aprendiz de literato termina por dedicarse a la pintura. Felizmente. Tras conectar con el ambiente de los exiliados españoles y reflexionar críticamente sobre el sentido de las vanguardias artísticas, Arroyo comienza a cultivar una pintura formalmente figurativa, vinculada a las corrientes del arte pop que entonces iniciaban su apogeo, pero con un componente enormemente crítico e irónico que confiere a sus cuadros un transfondo político y social. Colores fuertes y planos, así como figuras recortadas suelen aparecer en sus obras de esa primera etapa, en la cual hay también cuadros que reflexionan sobre la historia de España desde un punto de vista satírico e iconoclasta.

Transcurridos unos años de su experiencia francesa, el pintor regresó a España pero, tras ser detenido por la policía, no tardó nada en ser expulsado del país, al que pudo volver algún tiempo después, una vez muerto el dictador a finales de 1975. Desde entonces, el artista madrileño ha continuado su trayectoria pictórica con creciente éxito y reconocimiento, combinándola con incursiones en la escultura e incluso la literatura y las escenografías teatrales.

Superior. Eduardo Arroyo: Izquierda: : "Sama de Langreo (Asturias) Sep 1963, El Minero Silvino Zapico es arrestado por la policia" (1967). Madrid. // Derecha: "Sama de Langreo (Asturias) Sep 1963. La mujer del minero Pérez Martínez, Constantina (llamada Tina) es rapada por la policía" (1970). Madrid.
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Para definir el estilo de Eduardo Arroyo se recurre habitualmente a diversos conceptos: arte pop, figuración narrativa, nueva figuración, pop crítico... En realidad, el estilo de este artista es tan peculiar y atrayente que resulta en buena medida inclasificable. Su actitud ante la pintura es la del autor que se siente comprometido con su tiempo histórico, con las circunstancias de su época, que analiza desde su pesonalísimo punto de vista, siempre con una extraordinaria lucidez, en la que la ironía es un componente destacado. Arroyo es un pintor crítico, no cabe duda. pero al mismo tiempo su reflexión no está exenta de un cierto optimismo. Afortunadamente.

Eduardo Arroyo: "Velázquez, mi padre" (1964). Lausana (Suiza).
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En esta web se ofrece una amplia galería de obras de Arroyo, sobre todo litografías. Por lo demás, este texto de Artespaña ofrece una "introducción a la figura del artista". Para concluir, en este enlace tenéis el vídeo "Eduardo Arroyo, una crónica crítica", en el que el crítico de arte Santiago Amón analizaba en 1982 varias de las obras de una antológica del artista.

1 comentarios:

pablo dijo...

realmente muy bueno segui asi http://www.globotec.com.ar/

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