Un profundo respeto al medio natural. A los valores humanos primigenios. Probablemente sean estas dos cuestiones las que definen con más rotundidad la obra de Javier Senosiain, un arquitecto y profesor universitario nacido en México (1948) que define su propia producción como "hábitat orgánico" y la enmarca dentro de los principios de lo que denomina "bioarquitectura". Para plasmar ambos conceptos, emplea con frecuencia en sus construcciones el ferrocemento, una estructura formada por una malla interior de acero a la que se recubre después con cemento, lo que permite dar a la construcción un tratamiento casi escultórico. Todo ello, sin despreciar en absoluto las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías constructivas en cuanto a la obtención de confort en el espacio habitable.
Javier Senosiain: Izquierda: "Nautilus". (2007). Naucalpan, México. Derecha: "Nido de Quetzalcoatl" (2008). México,
En este sentido, la obra de Senosiain puede enmarcarse dentro de los principios generales de la arquitectura orgánica, relacionándola con los planteamientos de Frank Lloyd Wright. Pero, por otra parte, el tratamiento que da a la epidermis de muchas de sus edificios, la búsqueda constante de la sorpresa y la apelación a la imaginación, el amplio repertorio de formas y el empleo habitual de las línea curva conectan también las obras de este artista mexicano con las que realizase en España Antonio Gaudí a comienzos del siglo XX.
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Javier Senosiain: "Par prismático" (1982). Xoco, México.
Sin embargo, hay otra parte de la producción arquitectónica de Senosiain que lo conecta con planteamientos más relacionados con el racionalistmo, demostrando un cierto eclecticismo en el conjunto de su obra que la hace muy interesante. En este otro tipo de edificios el arquitecto emplea con abundancia las formas geométricas que marcan de manera contundente los volúmenes construidos. Y es esta dualidad de planteamientos formales la que hace especialmente atractiva la obras de este artista mexicano que quizás alguna vez deseó ser escultor, pero que (en todo caso) siempre tuvo la idea de que la arquitectura, y sobre todo la que tiene que ver con la construcción de viviendas, ha de conecctar con necesidades e instintos básicos del ser humano, con aquellos que ya estaban en nosotros cuando aún sólo existíamos en el útero materno.
He leído en algúna web esta frase de Senosiain: "El ser humano no debe desprenderse de sus impulsos primigenios, de su ser biológico. Debe recordar que él mismo proviene de un principio natural y que la búsqueda de su morada no puede desligarse de sus raíces; es decir, debe evitar que su hábitat sea antinatural". No le falta razón.
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Dormitorio en la casa Nautilus.
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Dormitorio en la casa Nautilus.
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Visitad la amena y bien ilustrada página de Javier Senosiain. Leed después este texto sobre el hábitat orgánico. Ved también, en este periódico digital mexicano, un vídeo sobre la obra del arquitecto de aquel país. Por último, descargaros este artículo en PDF (con buenas fotografías) sobre "el hombre que vive dentro de un tiburón".
2 comentarios:
Me parece muy bella e interesante esta arquitectura, por su pretensión escultural, dentro de tantos prismas y tantas líneas rectas que nos rodean y también por su funcionalidad adaptada al ser humano. La arquitectura moderna, tendría que tener más en cuenta la naturaleza y por supuesto respetarla, y estoy pensando en las plazas de cemento, con parquings debajo y en las talas de árboles a veces centenarios para construir. Saludos
Jardi, coincido contigo en la belleza de esta arquitectura casi escultural, sin despreciar por ello las gigantescas aportaciones de los autores que emplean la línea recta. En lo de los parquings no hay debate posible: tienes toda la razón.
Saludos cordiales y gracias por tu visita.
JDC
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