07 julio 2008

MIGUEL BERROCAL

DESCOMPONIENDO EL VOLUMEN
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Villanueva de Algaidas es un pequeño pueblo de la provincia de Málaga. Allí nació el escultor Miguel Ortiz Berrocal (1933-2006), hijo del médico de la localidad quien decidió enviarlo a Madrid para cursar estudios. En un caso como éste, resulta comprensible que el padre tuviese interés en que su primogénito continuase la tradición familiar, pero el joven Berrocal mostró en ello escaso interés y acabó matriculado en Arquitectura, aunque un fracaso académico le llevó a abandonar el país dando ya signos claros de su creciente atracción hacia las Bellas Artes.

Miguel Berrocal. Izquierda: "Mini David" (1968). Derecha: "Torero" (1972).

Tras pasar un tiempo en Francia, Berrocal acabó por instalarse de manera casi definitiva en Italia. En estos años de formación el artista traba relación con otros autores que ejercen una clara influencia en su obra posterior, desde Chillida y Oteiza en España hasta Picasso y Le Corbusier en Francia. Trabaja como acuarelista, diseña muebles e inicia sus primeros pasos en la escultura que, a la postre, acabaría por ser su especialidad, a la que lo encontramos ya consagrado desde mediados los años 50 del pasado siglo.

Miguel Berrocal: "Retrato de Michelle" (1969). // "Minicariátide" (1969).
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Como escultor, Berrocal pasaría a la historia por crear un nuevo concepto: el de múltiple, una escultura compuesta por distintas piezas que unas veces pueden ensamblarse a la perfección, para mostrar la obra definitiva, y otras pueden ser montadas de formas diversas, de tal modo que el espectador puede devenir en partícipe del acto artístico. En definitiva, una especie de puzzle escultórico que ofrece una única solución... o varias, a gusto de quien lo maneja. Muchas de estas obras presentan, además, claras referencias a la escultura clásica, como evidencia su interés por las formas humanas, que plasma en cabezas y, con más frecuencia, en torsos, con los que parece huir de lo abstracto y de un exceso de geometrización. Pero además, Berrocal recurrió con cierta frecuencia a la obra seriada, sobre todo en piezas de pequeño formato, que llegaban a editarse en cientos de ejemplares.

Todo ello proporcionó al artista un nivel de fama y riqueza poco habitual. Instalado en una hermosa villa próxima a la ciudad de Verona, pudo allí montar un taller lo suficientemente amplio como para atender la creciente demanda que recibía. Además, experimentó con nuevos materiales, como la fibra de carbono y el kevlar, para realizar esculturas de gran tamaño. De este modo, los años ochenta supusieron su consagración definitiva, mientras que en su localidad natal se planteó la posibilidad de abrir un gran museo dedicado a su obra. Y allí se trasladó Berrocal, con taller incluido, en 2002, atraido por la idea y, quién sabe, por los recuerdos de la infancia. Lamentablemente, cuando falleció en 2006 el proyecto definitivo no estaba aún finalizado.
Miguel Berrocal: "Manolona" (Madrid).
Miguel Berrocal: "Homenaje a Picasso" (Málaga).

Probablemente, todo el mundo en España conozca, al menos, una obra de nuestro artista malagueño: la estatuilla de los premios Goya de cinematografía. Por mi parte, he tenido en algunas ocasiones la suerte de jugar con una escultura de Berrocal, con uno de esos múltiples que tanta fama le reportaron. Manejar sus piezas es como tratar de hacer un puzzle pero a la inversa: primero descompones la obra y luego tratas de reconstruirla (no hay que preocuparse, viene con instrucciones de montaje, para caso de apuro). Y este acto que parece tan sencillo evoca la propia existencia humana: crear y destruir. Destruir y crear.

Este sitio en construcción afirma ser el website oficial de la obra del escultor. La Asociación de amigos de Berrocal, creada en su pueblo natal, tiene una web con datos variados sobre el artista. Finalmente, ¿se hará ese museo? Leed esta información del diario Sur de Málaga.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola! Soy Julia (curso terminado, todo bien, ¡yuju!, próximos viajes a la vista, lo de siempre...). Tengo una duda sobre una cosilla de arte y se me ha ocurrido preguntarte, Juan Diego. El cuadro de Goya que era cartón para tapiz (creo) así colorido del muchacho, la muchacha y el parasol, ¿se llama El parasol o El quitasol, o de ambas maneras? Ya ves las tonterías en que pienso. En el Palomero no venía. Un saludo. Y gracias.

Anónimo dijo...

Hi there! Very nice site... The art works are so beautiful :) Thanks for sharing...

Cheers!

Micgui

Juan Diego Caballero dijo...

Pues muy bien, Julia. ¡Qué cosas se te ocurren! El parasol es el nombre correcto. Pero si no te gusta, llámale el quitasol, que viene a ser lo mismo.
Saludos cordiales.
JDC

Juan Diego Caballero dijo...

Hello, Micgui: thank you for the visit. Best regards.
JDC

Anónimo dijo...

Es que en un concurso de la tele le preguntaron a uno que cómo se llama esa obra y dijo que El parasol, y se la dieron por incorrecta, le dijeron que era El quitasol, y me pareció injustísimo.
Pasad un buen verano.
Julia

jdsa dijo...

Yo siempre lo vi referenciado como "El quitasol". Pero buscando en Google, no pocas páginas lo denominan "El parasol"...

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