16 abril 2008

CRISTO VELADO

UNA EXTRAORDINARIA REPRESENTACIÓN DE LA MUERTE

Sucede muchas veces, cuando estudiamos un determinado periodo artístico, que nos detenemos únicamente en el análisis de los principales autores, sin reparar que junto a ellos siempre hubo muchos otros que ocuparon un lugar secundario y de los que sólo se ocupan los libros más especializados. Evidentemente, no todos los artistas son verdaderos genios y por eso la atención se detiene más en unos que en otros. Sin embargo, es frecuente también que un artista de esos que solemos considerar como de segunda fila realice una obra que roza la genialidad, que nos atrae poderosamente por algún motivo.
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Giuseppe Sanmartino: "Cristo velado" (1753). Nápoles.
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Bien, pues como pequeño homenaje de uno de esos artistas menos conocidos, traigo aquí una obra que quizás atraiga vuestra atención. Nuestro escultor se llamaba Giuseppe Sanmartino (1720-1793). No cabe duda de que con ese nombre era italiano y su producción puede encuadrarse dentro del estilo rococó. Pero claro, el análisis de la escultura del siglo XVIII se centra casi siempre en la obra de Antonio Cánova, de manera que este otro autor queda a un lado; no hay tiempo para estudiarlo.

Sin embargo Sanmartino nos dejó una obra extraña, original en el planteamiento y novedosa en el tema representado. Se trata del Cristo velado, esa escultura hecha en mármol que nos muestra a un Jesús yacente y que se encuentra en la capilla de Sansevero, un pequeño recinto funerario situado en medio de un jardín de un palacio en la ciudad de Nápoles. El cadáver reposa sobre un catafalco y dos cojines sostienen la cabeza de Cristo, cuyo cuerpo aparece enteramente cubierto por un velo, la famosa Sindone o Sábana Santa, desde la cabeza a los pies, junto a los cuales encontramos la corona de espinas y los clavos, para cuya extracción se han empleado unas tenazas que también figuran esculpidas.

Sanmartino, que contaba 33 años cuando esculpió esta escultura tan asombrosa, se inspiró en un modelo anterior hecho en terracota por otro autor italiano. El contrato por el que se encargaba la obra exigía al escultor que la finura de la capa de mármol que representase velo fuese tal que pudiese apreciarse de manera completa el semblante de Cristo. Así que el artista se pone a la tarea y emplea par ello, en un momento determinado un velo que le sirva de orientación en el delicado encargo que ha recibido. Lo resuelve de forma magistral, con esa tércnica que recuerda tan de cerca los paños mojados de Fidias y confiere a la estatua un acentuado dramatismo: la cabeza caída hacia el laldo derecho, el cuerpo exánime, las piernas ligeramente arquedas y ese rostro sin vida que el velo transparente deja ver, pese a su consistencia marmórea. La muerte humana, en definitiva, extraordinariamente representada de la mano de una artista a los que nuestros apresurados temarios no permiten prestar atención.

La capilla de Sansevero, hoy museo, dispone de su propia página web (en italiano e inglés) en la que encontraréis una descripción de esta escultura. Sobre su autor, tenéis una breve biografía en la Wikipedia italiana.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una obra sobrecogedora. Gran sorpresa al entrar en la capilla de Sansevero y toparse con este Cristo, un hombre muerto y doliente, misteriosamente cubierto con un velo, de calidad y textura imposibles de superar. En una guía turístia leí que Canova la considereba la segunda gran escultura tras la Piedad del Miguel Ángel.

Juan Diego Caballero dijo...

Efectivamente, Azucena, Canova mostró hacia eta obra una extraordinaria valoración. Gracias por tu visita y saludos cordiales,
JDC

Anónimo dijo...

ANDALUZ TENÍAS QUE SER PARA AMALGAMAR TAN BIEN EL ARTE CON LA ENSEÑAÑZA...Y LA GRACIA.TE LO DICE DESDE BUENOS AIRES UNA NIETA DE MALAGUEÑOS.
MUCHAS GRACIAS!!!!!!!
UN ABRAZO TERESA L.TAVELLA BARRIONUEVO
artesaniatavella@hotmail.com

Juan Diego Caballero dijo...

Veo que aun desde Buenos Aires y tras tres generaciones, lo andaluz sigue bien presente en ti. Me alegra mucho y te doy las gracias por tus elogiosas palabras. Saludos cordiales, JDC

a.perezgaita dijo...

estoy investigando al escultor carlos simart
buscando esculturas parecidas ,me encuentro con el escultor giussepe sanmartino. gracias por publicar estas fotografias, ya que en argentina no se dan a conocer dentro de la educacion cultural. estamos en contacto.
fabio durè

Hector Alva Centurión dijo...

CONMOVEDORA, MARAVILLOSA ESCULTURA QUE DESPIERTA ADMIRACIÓN POR LO FINO DEL TRABAJO Y PUNZANTE DOLOR POR LO QUE REPRESENTA, NUESTRO SEÑOR ABATIDO. CASUALMENTE LLEGÓ AMIS MANOS LA POSTAL, ME PRENDÉ DE LA IMAGEN, LA SACARÉ DE INTERNET PARA AMPLIARLA Y COLOCARLE UN MARCO: ESTARÁ AL LADO DEL ADMIRABLE CORPUS HIPERCÚBICUS DE DALÍ. GRACIAS.
HÉCTOR ALVA CENTURIÓN /rusoalva@gmail.com/

Unknown dijo...

Gracias al libro "Los silencios del mármol" de Juan Adriansens, he podido descrubrir esta bellísima escultura.

mirtha dijo...

Una obra de arte grandiosa, nunca vista en el mundo. Gracias por compartir fotos ya que allí no te permiten hacerlas.

Lilia Ivonne, su hermana en Xto ! dijo...

G. SANMARTINO...GRACIAS POR TU GRANDIOSA OBRA...ESOS PLIEGUES Y CURVAS TAN SENSIBLEMENTE TRAZADAS...!!! TU, TOCADO POR LA MANO DE DIOS...!!!

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