Estamos ya próximos a los días en los que la ciudad de Sevilla se desborda en esa fiesta del arte en la calle que constituye la Semana Santa. Una celebración que alcanzó gran auge desde la época barroca, a la cual pertenece un elevado número de las imágenes que durante esos días procesionan por las calles de la ciudad. Sin embargo, hay una imagen procesional que se remonta a un momento anterior al del esplendor barroco del siglo XVII. Me refiero al Cristo de la Vera+Cruz, la imagen más antigua de la Semana Santa sevillana.
Ya hemos tenido ocasión de estudiar en clase, a través de los frescos de Piero de la Francesca, cómo la devoción por la verdadera cruz de Cristo se remonta a los tiempos de Santa Elena, en época del emperador Constantino (comienzos del siglo IV). Desde entonces ese interés por la reliquia del Santo Madero no hizo sino aumentar y fue difundida co mucho éxito por la Orden Franciscana en los siglos bajomedievales. En esa época se crea en Sevilla una Hermandad que lleva por título el de Vera+Cruz, constituida de manera formal en 1448, alojada en el convento principal de los franciscanos de la ciudad. La Hermandad atravesó diversas vicisitudes a lo largo de su dilatada historia y acabaría extinguiéndose a comienzos del siglo XX, hasta que un grupo de estudiantes sevillanos, de uno de los cuales guardo el mejor de los recuerdos, procedió a refundarla en 1942.
Esta Hermandad de la Vera+Cruz sevillana atesora la imagen del crucificado que le da nombre: una escultura de madera policromada de tamaño algo inferior al natural (el cuerpo alcanza sólo los 135 cm. de altura) y que corresponde formalmente a los inicios de la estética renacentista, aunque son áún visibles claros rasgos del último gótico. Mucho se ha debatido la autoría de la obra, que se ha atribuido a artistas como Roque Balduque, un escultor de origen flamenco asentado en Sevilla, o Antón Vázquez, muy activo en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera, sin que exista ninguna confirmación documental al respecto. En cualquier caso, y por sus rasgos estilísticos, podría fecharse la obra en torno al periodo comprendido entre los años 1520 y 1540, siendo la cruz de época muy posterior.
Formalmente nos hallamos ante la imagen de un crucificado ya muerto, como revelan la posición de la cabeza, inclinada por completo sobre el hombro derecho, la relajación muscular y la flexión de las rodillas. Quien quiera que fuese el autor, procuró remarcar el tono dramático de la escultura, mostrando detalles tales como la herida sangrante del costado, los ojos entornados, la posición de las manos o la forma en la que se talla la cabeza, donde nos sorprende una boca entreabierta que nos muestra la dentadura y el comienzo de la lengua. Otros regueros de sangre son apreciables en el cuello y en la parte superior del torax, como resultado de la presencia de una corona de espinas labrada en el propio soporte de la imagen. Todos estos recursos son bien propios de la escultura del último gótico, pese a la fecha de realización de la obra. En cualquier caso, llama la atención la capacidad del escultor para retratar a este Cristo muerto, que deja plasmada en la elaboración del conjunto de la cabeza, que podemos considerar de una hermosa belleza muy próxima al patetismo.
Por el contrario, la composición del sudario o paño de pureza del Cristo de la Vera+Cruz nos pone ya en la senda de la primera imaginería renacentista. Esta pieza cubre la zona central de la escultura y se anuda sobre su cadera izquierda. El naturalismo de los pliegues es aquí evidente. Además, en una restauración efectuada a la imagen a finales de los años 70 del pasado siglo fue hallada en el sudario una banda de policromía que viene a semejar la existencia de un bordado sobre la propia pieza, elaborado a base de franjas verticales.
En definitiva, vemos en esta antigua obra un interesante cruce de influencias entre dos tradiciones artísticas bien diferenciadas; de un lado las procedentes de los siglos finales de la Edad Media, con esa tendencia al patetismo y a la dramatización de la imagen; de otro, la que va abriéndose paso lentamente y atiende a una representación más naturalista en las obras, con influencias que, en último extremo, están llegando desde Italia. Los nazarenos que hoy acompañan a este crucificado de la Vera+Cruz, con casi 500 años ahí clavado, tienen la suerte de haber recibido un legado histórico-artístico del mayor interés, que sale a la calle cada Lunes Santo. Cosas de Sevilla.
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Más información sobre la historia de esta antigua hermandad sevillana en su página web. Excelentes fotos de sus imágenes procesionales, en este enlace.
14 comentarios:
Holaa!! A decir verdad estas esculturas son un poco tétricas,no?
A mi personalmente me dan miedo/pánico.(supongo que seré rara..jejjeje)
Bueno, Sarita, todo es opinable. A mi me parecen más tétricos los Cure, por ejemplo y aún hoy siguen teniendo mucho éxito. Incluso algunos políticos actuales parecen tamién bastante tétricos. El arte, en general, no debería dar pánico. Saludos cordiales.
JDC
eres sevillano, y estudioso, y muy seguramente fuiste estudiante,.. defiendes oportunamente esta cofradía, (tu sabes que hay mas imágenes en Sevilla)
que fueras nazareno y pertenecieras a la cofradía no me resultaría raro, ni bueno ni malo, sino todo lo contrario.
un saludo y buena semana santa
No me queda, anarkasis, sino aplaudir tus perspicacia. Buena Semana Santa también para ti. Saludos muy cordiales.
JDC
Precioso y emotivo comentario.B
B: tus comentarios son siempre recibidos con el máximo interés. Muchas gracias y saludos muy cordiales para ti.
JDC
Señor Caballero ¿Oliver?:
Sólo quiero hacer una pequeña corrección a su, por otra parte, buen resumen:
La Hermandad nunca llegó a extinguirse según el derecho canónico, si bien es verdad que estuvo sin actividad desde 1924 hasta 1942 (principios del siglo XX, no del siglo XIX como usted erróneamente indica en su artículo). Espero que no le moleste mi colaboración y corrija los datos. Un cordial saludo.
Estimado amigo anónimo:
En absoluto me molesta su comentario, que le agradezco enormemente.
Evidentemente, lo del siglo XIX es un mero error de "tecleado" que ya he procedido a corregir con sumo gusto.
Respecto a la segunda (y más importante cuestión) lamento no coincidir con usted. A mi juicio (y como historiador) no es necesario y/o imprescindible que el derecho canónico declare extinta una corporación para que, desde el punto de vista histórico, podamos considerarla desaparecida. Es bien conocida la tendencia de la Iglesia al inmovilismo y a mantener el stuo quo, más allá de toda lógica. Es por ello que no considero necesario abordar esa corrección que me demanda, aunque acepto que no comparta mi punto de vista.
Finalmente, mi segundo apellido está visuualizable en el perfil que figura en el blog, de manera que el que usted cita es correcto. Yo, en cambio, me quedo sin saber quién ha realizado a mi artículo comentario tan interesante, cosa que obviamente respeto, ya que no he arbritado la moderación de comentarios.
Saludos cordiales
JDC
Estimado Sr. Caballero:
Con respecto a su anterior comentario, entiendo perfectamente su punto de vista como historiador, aunque no lo comparto, en lo relativo a la "extinción" de la Hermandad. Usted sabe que no siempre coinciden las cuestiones "de hecho" con las cuestiones "de derecho", y, en derecho, debe concederme que la Hermandad nunca llegó a extinguirse, por lo que ha perdurado ininterrumpidamente desde su fundación en 1448 hasta hoy. Otras Hermandades (bastantes) en Sevilla han tenido en su historia períodos de inactividad más prolongados que esta y nadie las consideró nunca extinguidas, quizas por haber sucedido bastante más atrás en el tiempo.
Respecto a mi anonimato, discúlpeme que no haga pública mi identidad en este foro, aunque no pretendo ocultarla y se la haré saber personalmente cuando tenga ocasión: Usted me conoce.
Un cordial saludo
Estimado amigo anónimo: veo que no llegamos a ponernos de acuerdo. Aunque eso, claro está, no tiene porque ser negativo. Otro día le contaré porque me reitero en lo de extinción, más allá de las inconveniencias del derecho canónico, tan empleado por usted en defensa de sus argumentos. En fin, como dice que nos conocemos, tendremos oportunidad de seguir este "debate", como tantos otros.
Espero que la "madrugá" haya ido bien, así como la correspondiente estación penitencial.
Saludos cordiales
JDC
Estimado amigo:
Con mucho gusto continuaremos esta positiva discusión fuera de este foro, que me da la impresión de estar monopolizando y no es mi deseo. La madrugada fue bien y la estación de penitencia, que hicimos juntos como corresponde a dos hermanos, fue perfecta.
Paz y Bien.
Pues nada, amigo anónimo: a seguir debatiendo cuando usted desee. Paz y bien.
Saludos cordiales
JDC
Encantador su análisis tanto del Cristo como de la cofradía.
Este Cristo suscitó mi interés desde bien pequeñito, y la primera vez que la vi en la calle, con toda esa marea de penitentes de negro precediendo al Cristo, quedé súmamente acongojado ante tanta seriedad en una cofradía...
Probablemente ése sea el origen de mi devoción por esta festividad.
Usted sabrá que el hecho de salir de penitente en una cofradía hace experimentar sensaciones y vivencias que nada podría emular, pero exige no sólo sacrificio físico, sino sentimental, al no poder disfrutar en la calle de obras como la que acaba de comentar, si uno sale el Lunes Santo, u obras como la cumbre de Juan de Mesa si uno sale, como me pasa a mi, en la Madrugada.
En cualquier caso, por una semana, tenemos la suerte de ver a Sevilla vestida de gala.
Saludos
Andrés: muchas gracias por la opinión. Conozco bien las sensaciones a las que haces referencia y las comparto, claro está. Afortunadamente, la vida es muy larga y da tiempo a (casi) todo. Saludos cordiales
JDC
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GRACIAS POR VISITAR ENSEÑ-ARTE. RESPONDERÉ TU COMENTARIO A LA MAYOR BREVEDAD.