17 marzo 2007

LA ARQUITECTURA BARROCA EN ESPAÑA

UNA OBRA DE CONTRASTES


Alberto Churriguera: "Plaza mayor" (1729-1755). Salamanca.


Juan Gómez de Mora: "Fachada de la Clerecía" (iniciada en 1617). Salamanca.

Puede afirmarse sin miedo a error alguno que los gustos arquitectónicos del barroco tuvieron en nuestro país un éxito rotundo. Durante el siglo XVII miles y miles de edificios (civiles y religiosos), trazados según las características de este estilo, se levantaron a lo largo de toda la geografía española, en un afán edilicio casi nunca superado hasta la edad contemporánea. Es tal su abundancia, que cualquiera de nuestras ciudades y pueblos importantes posee, no una o dos obras de esta época, sino varias. En ocasiones, incluso, podemos hablar de ciudades barrocas, como ocurre en el caso de Sevilla, por el enorme calado que el paso de ese siglo dejó en la fisonomía urbana.

Entre tantas obras, resulta llamativo sobre todo el elevado número de construcciones religiosas de tido tipo (iglesias,capillas, conventos...). En efecto, el espíritu de la Contrarreforma caló hondamente en las mentalidades y la Iglesia católica encontró en ello un terreno abonado para demostrar al mundo, mediante la obra de arte, la vigencia de sus planteamientos y la magnitud de su poder.

Alonso Cano: "Fachada de la Catedral (1667): Granada.
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En cualquier caso, nuestra arquitectura barroca presenta algunas peculiaridades según las zonas geográficas (por lo que, muchas veces se emplea el término de barrocos regionales, que siguieron teniendo pujanza en el siglo XVIII).
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Pero, por otra parte, hay unos rasgos comunes que ahora interesa resaltar. Antes que nada, debemos recordar la apurada situación económica del país en el siglo XVII, fruto sobre todo de la disparatada política financiera, militar y suntuaria de los reyes de la Casa de Austria. Pues bien, la arquitectura barroca supo resolver este problema empleando frecuentemente materiales baratos como el ladrillo, aunque recurriese a la piedra en las portadas. Sin embargo el muro y el techo se decoraban después, queriendo dar una clara imagen de riqueza, no correspondida con la realidad del país.

Fernando de Casas Novoa: "Fachada del Obradoiro" (detalle, 1738-1749). Santiago de Compostela.

Por otro lado, la arquitectura barroca encontró, sobre todo en Castilla, su contrapunto en el recuerdo de la obra de El Escorial, con su aburrida linealidad geométrica, de forma que muchas veces los edificios (o las plazas públicas) mantienen al exterior una cierta tendencia austera, reservándose la exhuberancia compositiva para los interiores o las portadas, en las que podremos encontrar frontones partidos, estípites, abundantes líneas curvas, entrantes y salientes y un extenso repertorio ornamental.

En definitiva, por eso afirmamos que la arquitectura barroca tuvo en España un claro carácter de contraste. Aunque está claro que los contrastes y la sorpresa fueron siempre elementos básicos del arte barroco. Quizás todavía hoy ese espíritu antiguo del barroco sigue imperando en algunas mentes del país. Nunca se sabe.

No conozco muchas páginas que aborden con seriedad y desde una perspectiva general el tema de la arquitectura barroca española. Quizás ésta presenta una información suscinta, pero válida. En este enlace podéis descargaros, en PDF, el libro "La catedral de Murcia, VI Centenario", que puede sertvir como ejemplo de los añadidos de nuestros templos catedralicios a lo largo de los distintos siglos. Finalmente, uno de los más antiguos ejemplos de arquitectura barroca en españa es el Monasterio de la Encarnación de Madrid. En esta web se os ofrece la posibilidad de efectuar un recorrido virtual por el conjunto.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

esto esta mui bien para estudiar

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