París era, desde
el comienzo de la contemporaneidad, el principal centro cultural a nivel
mundial. Los grandes artistas europeos del Siglo XIX y de la primera mitad del
XX habían tomado la ciudad como hogar y taller y la habían convertido en la
cuna de las vanguardias de la época. De hecho, la urbe francesa dio nombre a
una escuela de artistas a la que pertenecían genios como Picasso, Matisse o Modigliani. Pero nada es eterno. El auge de
los totalitarismos y la Segunda Guerra Mundial transformaron a Europa en un
escenario en el que el arte quedaba relegado a un segundo plano. Con ello París
se vio obligada a ceder el testigo de capital de la cultura a la pujante Nueva
York.
Este cambio de
centro de gravedad no se gestó solo. Quince artistas plásticos se dieron cita
de manera casual en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX en La Gran
Manzana. Estos pintores, que nunca se reconocieron como un grupo y que siempre
reivindicaron su individualismo, conformaron la “Escuela de Nueva York”, una
denominación más de carácter social que de uniformidad estilística y que pone
el acento en la importancia de la ciudad de los rascacielos como nuevo centro
de creación de las nuevas tendencias y gran mercado de arte.
Mark Rothko, Jackson Pollock o De Kooning fueron algunos de los artistas de primera línea que conformaron esta magnífica generación de la que nació el expresionismo abstracto. Philip Guston fue otro de sus miembros. Nacido en Montreal en 1913 pronto abandonó Canadá y se trasladó a Los Ángeles con sus padres, un matrimonio judío de origen ucraniano que había dejado atrás Europa huyendo del antisemitismo. Con catorce años ingresó en Los Angeles Manual Arts High School donde estudió junto a su amigo Jackson Pollock.
Mark Rothko, Jackson Pollock o De Kooning fueron algunos de los artistas de primera línea que conformaron esta magnífica generación de la que nació el expresionismo abstracto. Philip Guston fue otro de sus miembros. Nacido en Montreal en 1913 pronto abandonó Canadá y se trasladó a Los Ángeles con sus padres, un matrimonio judío de origen ucraniano que había dejado atrás Europa huyendo del antisemitismo. Con catorce años ingresó en Los Angeles Manual Arts High School donde estudió junto a su amigo Jackson Pollock.
Gladiadores. Philip Guston.1940 Óleo sobre lienzo que refleja la etapa de influencia del muralismo mexicano en el artista. |
Guston creó magníficas obras de expresionismo abstracto. |
En 1937 se
trasladó a Nueva York, donde ya residía su amigo Jackson Pollock. Pero no fue
hasta diez años más tarde cuando la pintura de Guston evolucionó hacia el
expresionismo abstracto que ya venían desarrollando sus colegas neoyorkinos
desde el comienzo de la década de 1940. Con una gama de cromática limitada de tonos
blancos, grises, rojos y negros y con unas composiciones en las que la que los
trazos tienden a agruparse en el centro del lienzo, Guston creó un estilo
propio que muchos asociaron a la obra de Monet y describieron como
impresionismo abstracto. Durante más de
quince años el artista se mantuvo fiel a esta manera de pintar pero la abstracción
terminó frustrándole y retornó, entre clamorosas críticas, a lo figurativo. Las
obras de esta nueva etapa eran más divertidas que las anteriores, cercanas al
dibujo animado y al cómic, pero encerraban la frustración furiosa que Guston
llevaba consigo desde su infancia. Con tan sólo once años encontró a su padre
ahorcado con una soga y poco después sufrió la muerte de su hermano.
El artista
renegó del expresionismo abstracto que había encumbrado a su generación y fue
tratado como un desertor, como un hereje que abandona el camino marcado por la
doctrina. Guston pensaba que el arte abstracto era falso y que se alejaba de la
realidad de un mundo de brutalidad e injusticias. Se centró entonces en la
cotidianeidad de la vida. Pintó bombillas, relojes, botellas, zapatos, cubos de
basura, cuerpos, cabezas… y hombres encapuchados. Una clara referencia al Ku
Klux Klan y a la cerrazón del hombre. En esta época también realizó la serie One-Shot-Painting,
un trabajo íntimo en el que Guston
trataba de eliminar el tiempo entre el pensamiento y la ejecución de la obra
pintando por las mañanas, nada más despertar, lo que por la noche había
imaginado.
Pasaron varios
años hasta que la obra tardía de Philip Guston no fue justamente valorada. Murió
en 1980 en Woodstock cuando volvía ser reconocido tras su ostracismo cultural.
El postmodernismo revitalizó su último legado y hoy en día sus trabajos, tanto
figurativos como abstractos, se consideran importantes obras de la pintura
contemporánea americana.
Colección de algunos de los trabajos de la última etapa de Guston. |
Una buena opción para conocer más sobre la obra de Philip Guston es visitar uno de los mejores
museos de arte contemporáneo de Europa, el Museo Louisiana (o al menos su página web) donde se celebra
una exposición de sus últimos trabajos. Además, grandes museos como el MoMA o
la Tate Gallery muestran en sus sitios web las obras de Guston que forman parte
de sus colecciones.