EXPRESIONISMO ABSTRACTO, TACHISMO Y OTRAS COSAS.
Hemos visto ya en este blog bastantes casos en los que una determinada experiencia vital, a veces de carácter traumático, se convierte en la causa decisiva que hace que una persona resuelva dedicar el resto de su existencia al arte. En este sentido, el caso del pintor norteamericano Sam Francis (1923-1994) es bastante peculiar. Nacido en California, durante su juventud cursó estudios universitarios de Medicina y Psicología, que no llegó a finalizar, ya que resolvió alistarse en las fuerzas aéreas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial.
Sam Francis: "Sin título" (1975).
Fue precisamente ese hecho el que marcó toda la trayectoria posterior de Francis: durante un vuelo de entrenamiento su avión acabó estrellándose. El futuro pintor sobrevivió al accidente, pero tuvo que pasar los siguientes cuatro años ingresado en un hospital para recuperarse de sus lesiones y de otras complicaciones de salud derivadas de ellas. Fue entonces cuando Sam Francis comenzó a practicar la pintura como entretenimiento, sobre todo la acuarela. Cuando recibió el alta, en 1948, decidió continuar sus estudios universitarios, pero ahora dedicados al arte, concluyéndolos en 1950.
Sam Francis. Izqda.: "Abstracción" (1954). Montreal. Derecha: "Gran rojo" (1953). Nueva York.
Atrapado ya por la pintura, Francis se trasladó a Europa para instalarse en París, ciudad en la que residió durante unos años y en donde realizó su primera exposición en 1952. Desde entonces, en los siguientes cuarenta años, el artista ya no abandonaría jamás la pintura, empleando diversas técnicas y practicando también el grabado. Una intensa vida que incluye cinco matrimonios (con sus correspondientes cuatro divorcios), innumerables viajes (varios de ellos a Japón, país por el que sintió una especial atracción) y residencias prolongadas en diversos lugares (Nueva York, Berna, Santa Mónica o Tokyo).
Cuando Sam Francis se inicia en la pintura, el ambiente artístico norteamericano está ya centrado en torno a los grandes maestros del expresionismo abstracto. Con esta amplia corriente podemos relacionar el conjunto de su producción, más cercana a la pintura de acción de Pollock que a los campos de color de Rothko. En todo caso, su obra pone el acento en dos cuestiones fundamentales: de un lado, el color como eje fundamental de la expresión pictórica; de otro, la absoluta libertad del artista para llevar a cabo sus composiciones.
Sam Francis: "Hacia la desaparición" (1958). Nueva York.
Tanta importancia le dio Sam Francis al color y sus formas que es frecuente relacionarlo con el tachismo, una de las tendencias del informalismo europeo que pone el acento en la elaboración de una obra abstracta fundamentada en gestos de carácter informal que acaban por crear manchas (taches, en francés) sobre la superficie del lienzo. Sin embargo, los tachistas europeos practicaron con frecuencia la monocromía y, aunque Francis no rehuyó esta posibilidad, sus pinturas, salpicadas eso sí de manchas y chorreones, suelen mostrar colores vibrantes.
En cualquier caso, la obra de Sam Francis (como la de los tachistas o la de Pollock) hace una apuesta rotunda por la espontaneidad, dando absoluta prioridad al sentimiento libre sobre la razón. Pero a Francis le gustaba explorar nuevas propuestas. Por ello en algunas de sus obras encontramos ecos evidentes del minimalismo. Y ya se sabe, ved el cuadro de la izquierda: menos es más, como dijo Mies.
La Web de la Fundación Sam Francis (en inglés) ofrece abundantes datos sobre el pintor. Además, este otro sitio afirma que va a tener disponible en breve amplios recursos sobre Francis. Por su parte, esta galería y esta otra Web muestran muchas imágenes de sus obras.
La Web de la Fundación Sam Francis (en inglés) ofrece abundantes datos sobre el pintor. Además, este otro sitio afirma que va a tener disponible en breve amplios recursos sobre Francis. Por su parte, esta galería y esta otra Web muestran muchas imágenes de sus obras.
Sam Francis. Izquierda: "Sin título" (1966). Derecha: "LA, 1976" (1976). Los Ángeles.