Hay lugares que quedan apartados de las grandes rutas turísticas, pero que en cambio son centros de interés para los amantes de la historia y del arte. Ocurre esto con Mértola, una pequeña población portuguesa a orillas del Guadiana, perdida en lo más profundo de esa hermosísima tierra del Alentejo, en la que a veces acabas creyendo que te has trasladado a otra época. Regreso, pues, a Mértola como ya he hecho antes en numerosas ocasiones. Hay allí un campo arqueológico que viene poniendo en valor, algunas veces con dudoso acierto, los abundantes restos del pasado de la ciudad. Salen así a la luz huellas de la época romana, algunos restos visigodos y abundantes retazos del periodo islámico. Recordemos que Mértola llegó a ser sede, a mediados del siglo XII, de una de las segundas taifas, inmediatamente antes de la llegada de los almohades a la península.
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Superior: el río Guadiana a su paso por Mértola. Inferior: iglesia matriz de la localidad.
Y de almohades hablamos en esta ocasión. La iglesia principal de Mértola tiene ahora el nombre de Nuestra Señora de la Anunciación y se encuentra enclavada en el mismo promontorio en el que se asienta el poderoso castillo de la localidad. Pero este templo, que en sus trazas actuales nos ofrece una síntesis de elementos góticos (el sistema de bóvedas ojivales del interior), mudéjares (los contrafuertes cilíndricos rematados por pináculos o los merlones en escalera que jalonan la cubierta) y manuelinos y renacentistas (decoración de la portada principal) vino a sustituir a una mezquita islámica almohade que fue levantada a comienzos de la segunda mitad del siglo XII y que se mantuvo en uso hasta la conquista cristiana de la villa en 1238, siendo el único ejemplo en Portugal de edificio religioso islámico del que se conservan restos significativos. Sus características la asemejan a otras construcciones almohades conservadas en Marruecos.
Cuando los portugueses tomaron la localidad, procedieron a cristianizar el templo musulmán, sin apenas modificaciones arquitectónicas. Sin embargo, en el siglo XVI se abordó una reforma en profundidad del edificio, que le confirió su imagen actual.con la inclusión de las bóvedas de crucería ojivales del techo.
Planta de la iglesia de Mértola. El muro del lado sur corresponde a la quibla islámica.
Ello no obstante, la iglesia actual conserva las trazas de la construcción islámica. La mezquita primitiva, que debió alcanzar los 300 metros cuadrados, tenía planta cuadrangular y se dividía en cinco naves (era más ancha la central), dispuestas en seis tramos, aunque fueron reducidos en la reforma a los cuatro actuales. Toda la cubierta, que originariamente era de madera, quedaba sostenida por columnas, aunque éstas pasaron de las 20 iniciales a las 12 actuales. cuando se estableció el abovedamiento del edificio. Por otra parte, no se conservan ni el patio de la mezquita ni su alminar, que fue derribado y sustituido por la torre-campanario actual.
Sin embargo, en lo que fue el muro de la quibla se han mantenido las trazas del primitivo mirhab, de planta poligonal de cinco paños y cubierto con bóveda de cuarto de esfera, que aun conserva una decoración en yeso estucado en cuyo nivel superior podemos apreciar arcos ciegos polilobulados, sostenidos sobre columnillas del mismo material. Pese a estar muy degradados, estos bellos arquillos almohades destacan por las líneas serpentiformes que los constituyen, así como por estar rematados por una moldura en la que se trazaron sendos cordones del infinito. Además, al exterior del templo se conservan también cuatro arcos de herradura enmarcados en alfiz.
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Mirhab de la mezquita de Mertola. Mediados del siglo XII.
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En el templo cristiano se reordenó la cabecera con la colocación del altar mayor en el muro norte, frente a la puerta de acceso actual. Por ello, el muro este, en el que ubicaba el mirhab (orientado hacia La Meca) pasó a tener posición lateral. Pero al poco tiempo de efectuarse aquel cambio, la población cristiana de la localidad solicitó al rey que el altar mayor se retornase a su posición primitiva en el muro de la quibla. Así se hizo, hasta que una intervención de la Inquisición devolvió dicho altar a su ortodoxa posición, ordenádose (para evitar problemas en el futuro) que el mirhab quedase completamente tapado por por un revestimiento, como ha estado hasta su descubrimiento a mediados del siglo pasado. ¡Paradojas de la vida! Una intervención del tribunal defensor de la verdadera fe cristiana fue decisiva para la salvación del único mirhab islámico de Portugal.
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Sobre la iglesia-mezquita de Mértola podéis leer (en portugués) la correspondiente ficha del IPPAR, con alguna fotos, muy buenas. Más información y fotos, en esta página y en este blog. Aquí teneís una vista en 360º de la polación, incluida la iglesia que comentamos. Por último dad un vistazo a la web del campo arqueológico de Mértola.
8 comentarios:
Es muy agradable pasearse virtualmente por ese lugar tan bello de Mértola, bordeado por el rio.
La iglesia tan especial, mezcla de estilos arquitectónicos, es realmente un símbolo histórico importantísimo. Y es de valorar que hayan mantenido elementos de su primitiva construcción. Gracias por tan bello comentario.
Me ha encantado este blog, me parece muy interesante, y este post es muy bueno.
Pues gracias a los dos, Clariana y Duncan, por vuestras opiniones. Efectivaente, Mértola es un lugar del máximo interés. El comentario es lo de menos. Si podéis llegaos hasta allí. No os defraudará.
Saludos cordiales
JDC
Juan Diego, soy Francisco, tenía pensado ir estas fiestas a Mértola, cuando he descubierto tu artículo sobre la ciudad en cuestión y me ha servido para encontrarle, si es posible, más aliciente a la visita. Ya te contaré mis impresiones cuando regrese.
Saludos
Pus nada, Francisco, espero que el artículo te sea de utilidad. Y espero también esas impresiones sobre ese lugar tan especial. Saludos cordiales.
JDC
Sí señor. Ayer estuve en Mértola. Soy un amante de Portugal, pero no conocía esta población. Ciertamente es una maravilla, tanto el pueblo, con su garn recinto amurallado, como el entorno natural. Lástima de esa especie de restauración del castillo, con mármol blanco. Primavera es una excelente fecha para visitarlo.
Efectivamente, Valentín, esa restauración parece algo exagerada. Saludos cordiales, JDC
Gracias por esta inestimable aportación, Juan Diego. No dejaré de ver Mértola este verano sugestionado por tus comentarios. Saludos, Luis Javier (Madrid)
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GRACIAS POR VISITAR ENSEÑ-ARTE. RESPONDERÉ TU COMENTARIO A LA MAYOR BREVEDAD.