09 noviembre 2014

LOS MUROS DEL ARTE: DE ALTAMIRA A BANKSY PASANDO POR BERLÍN

En el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín realizamos un recorrido alrededor del Mundo por algunas de las principales paredes que han servido de soporte al Arte. De la prehistoria a nuestros días visitamos quince lugares que han dejado huella en la historia de la pintura mural.


Cuevas de Altamira (España)

A pocos kilómetros del núcleo urbano de Santillana del Mar (Cantabria) se encuentran las cuevas de Altamira, que encierran una magnífica colección de pinturas y grabados rupestres prehistóricos. En sus techos y paredes aparecen representados animales y figuras antropomorfas así como dibujos abstractos. Realizadas en tonos ocres, negros y rojos, las pinturas están trazadas con el realismo habitual del arte paleolítico de la zona franco-cantábrica. La extraordinaria belleza del conjunto, hoy Patrimonio de la Humanidad, ha llevado a la cueva a ser calificada como la Capilla Sixtina del arte prehistórico. Una denominación que no se le queda corta a uno de los mejores ejemplos pintura rupestre del mundo.


Palacio de Cnosos (Grecia)

En Creta, la isla más grande de Grecia, se localizan los restos del Palacio de Cnosos.  Erigido en torno al 2000 a.C. y reconstruido hacia 1700 a.C. el palacio es el símbolo más representativo de la cultura minoica, una civilización que se desarrolló cientos de años antes de que Homero narrara en la Ilíada el final de la Guerra de Troya. En el palacio se conservan diversos murales que son, tanto por su antigüedad como por su calidad artística, unos de los más impresionantes de la Grecia antigua. En una de las estancias del conjunto se halla el Fresco de la Taurocatapsia, que representa los juegos de carácter socioreligioso que realizaban los jóvenes cretenses con toros, animales con connotaciones sagradas. También destacan los frescos de los delfines, unas coloridas pinturas que reflejan el efecto del movimiento de estos animales en el mar. 




Pompeya (Italia)

El 24 de agosto del 79 d.C las cenizas del Vesubio sepultaron la ciudad de Pompeya y provocaron la muerte de parte de la población. La erupción del volcán detuvo el tiempo en este rincón del Imperio romano, entonces gobernado por Tito. Pompeya y la vecina Herculano quedaron ocultas, pero en el siglo XVIII fueron redescubiertas. Desde entonces los trabajos arqueológicos han sido constantes y han ido revelando cómo era la vida en las urbes romanas en el siglo I. En las paredes se han conservado muchos de los murales que decoraban viviendas y edificios públicos. Las pinturas pompeyanas son de estilos diversos y representan múltiples motivos, que van de lo mitológico a lo erótico. Llaman la atención, por sus temas y por su colorido, los frescos de La Villa de los Misterios. 


Cuevas de Mogao (China)

En el noroeste de China, no muy lejos de la antigua ciudad de Dunhuang las Cuevas de Mogao acogen cerca de 500 templos budistas construidos entre el siglo IV y el XIV. Estos santuarios subterráneos están profusamente decorados con pinturas murales que ocupan más de 4500 metros cuadrados y conforman, junto miles de estatuas, uno de los conjuntos artísticos budistas más impresionantes. Los dibujos, realizados en tintas negras y rojas, se han deteriorado notablemente con el paso de los años, pero en la actualidad se realizan en las cuevas trabajos de conservación.



San Vital de Rávena (Italia)

La iglesia de San Vital de Rávena terminó de construirse en el año 547 durante el gobierno del emperador Justiniano, que había llevado las fronteras del Imperio bizantino hacia la Península Itálica. Sus muros recogen una colección de exquisitos mosaicos magníficamente conservados. Destacan los dos paños que representan a Justiniano y a su mujer Teodora, acompañados de sus séquitos, realizando una ofrenda en el propio templo. Curiosamente ninguno de los dos visitó la ciudad de Rávena.



Qusair Amra (Jordania)

Durante el califato de Walid I (705-715), de la dinastía de los Omeyas, se levantó en el desierto oriental de Jordania un pequeño castillo que sirvió como residencia estival  de la familia real. Sus muros se adornaron con frescos que muestran escenas de bailes, animales, imágenes de reyes extranjeros o personificaciones de la Poesía o la Historia. Además hay inscripciones en árabe y en griego que nos muestran la vinculación que todavía se mantenía entre la Antigüedad y el mundo islámico. El arte helenístico se deja ver por última vez en las magníficas pinturas de este modesto edifico Omeya.  El castillo de Qusair Amra es una pequeña joya perdida en la inmensidad del desierto jordano.


Bonampak (México)

A mediados del siglo XX los indígenas lacandones informaron a dos investigadores sobre la existencia de una antigua ciudad maya escondida en la frondosidad de la selva que habitaban.  Se trataba de Bonampak, un conjunto urbano erigido entre el 580 y el 800 cuyo nombre proviene de un vocablo maya que significa "muros pintados". El nombre no es casual pues el templo de la ciudad alberga en su interior una gran colección de murales que han convertido al yacimiento en uno de los más importantes Mesoamérica. Las pinturas parietales, datadas en 3l 790, parece que fueron realizadas por un maestro que contó con la ayuda de otros dos artistas. Los murales representan rituales, ceremonias y escenas de guerras en las que se intuye un posible sacrificio de prisioneros. Los murales de Bonampak son una excelente forma de conocer el estilo de vida de la corte maya.


San Clemente de Tahull (España)

En la iglesia románica de San Clemente de Tahull (1123), situada en el Valle del Bohí, en la provincia de Lérida, diversos artistas anónimos trabajaron para vestir sus muros con pinturas de carácter religioso. Destaca el Pantocrátor del ábside central. Este Cristo en Majestad bendice al espectador con una de sus manos mientras que con la otra sostiene un libro en el que se lee “Ego Sum Lux Mundi” (Yo soy la luz del Mundo). La imagen está flanqueada por cuatro ángeles que portan los símbolos de los evangelios y en una franja inferior aparecen varios santos y la Virgen. La obra representa de manera gráfica un pasaje del Apocalipsis de San Juan. Las pinturas originales fueron trasladas al Museo Nacional de Arte de Cataluña y en la iglesia de Tahull se conserva una copia de éstas.



Basílica de la Santa Croce (Italia)

El genial artista italiano Giotto di Bondone (1267-1337), precursor del Renacimiento italiano, realizó en la basílica de la Santa Croce de Florencia un ciclo de pinturas murales con escenas de las vidas de San Juan Bautista, San Juan Evangelista y San Francisco de Asís. En ellas Giotto prestó especial atención a la perspectiva, el color, el volumen y el dramatismo. En la basílica, en la que también se pueden admirar trabajos de artistas como Cimabue, Donatello o Brunelleschi, el autor francés Stendhal sufrió vértigo y palpitaciones al presenciar tantas obras de arte en un mismo lugar. Desde entonces este fenómeno se conoce como Síndrome de Stendhal.


La Capilla Sixtina (El Vaticano)

Miguel Ángel realizó en la Capilla Sixtina uno de sus trabajos más extraordinarios. Durante dos etapas bien diferenciadas se encargó de la decoración pictórica de los techos y paredes de esta estancia vaticana. En un primer momento trabajó sobre la bóveda y las paredes laterales. En estos espacios representó escenas del Génesis y de la salvación del pueblo de Israel. Además añadió imágenes de sibilas, profetas entronizados y ancestros de Cristo e innumerables figuras de ángeles o geniecillos. Varias décadas después realizó la pintura de la pared del altar en la que representó el Juicio Final siguiendo un estilo manierista que diferencia este trabajo del que había realizado años antes en la misma sala.



Residencia de Wurzburgo (Alemania)

Esta residencia palaciega, situada en la región de Baviera, fue erigida como residencia para los obispos de la ciudad de Wurzburgo. En su construcción participaron grandes arquitectos y artistas entre los que destacaba el pintor italiano Tiepolo, una de las principales figuras del arte rococó. Tiepolo realizó entre 1752 y 1753 en la zona de acceso al palacio el que probablemente sea el mayor fresco del mundo. En él representó al obispo a través de los cuatro continentes hasta entonces conocidos.



Muralismo Mexicano (México)

Hacia 1920, tras el fin de la revolución mexicana, el nuevo gobierno encargó a artistas jóvenes la realización de murales en diversos edificios públicos del país. Con esta medida se iniciaba la corriente artística conocida como Muralismo Mexicano. Principalmente estas pinturas tenían como fin difundir la identidad nacional forjada tras la revolución. Los autores, entre los que destacan Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, tienen influencias de la pintura europea del momento pero utilizan materiales diferentes. Durante más de treinta años se desarrollaron estos trabajos de pintura mural que hoy constituyen un hito en la Historia del Arte de México.



Murales de Belfast y Derry (Irlanda del Norte)

A finales de la década de los sesenta del siglo XX se inició en Irlanda del Norte un largo y duro conflicto armado de carácter etnopolítco que hundía profundamente sus raíces en la Historia. Unionistas y republicanos se enfrentaron durante décadas con el objetivo de imponer un determinado status político en el territorio norirlandés. Las paredes de las dos grandes ciudades de la zona, Belfast y Derry, sirvieron de soporte para murales en los que ambos bandos plasmaban sus ideas y lanzaban sus consignas. En 2007, y tras años de negociaciones,  se puso fin a la lucha armada, pero los murales aún se conservan y son un reclamo turístico del que dan buena cuenta los taxistas, que realizan tours por ambas ciudades explicando qué significan esas pinturas de las paredes.




El Muro de Berlín (Alemania)

La noche del 9 de noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín que había separado la capital alemana desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los berlineses consiguieron demoler esa maldita frontera de hormigón y alambre que los había dividido durante años. Sin embargo algunos tramos aún se conservan. Uno de ellos, situado al Este de Berlín, sirvió de soporte a un buen número de artistas de muchos países que a partir 1990 transformaron esa zona de la ciudad en una galería de arte al aire libre, la East Side Gallery. En diferentes estilos los pintores realizaron murales en los que criticaban la división de Alemania durante el período de La Guerra Fría (1945-1989). Como ya se dijo en este blog una vez “Así es nuestra historia: hay quienes levantan muros para tratar de separarnos, quienes se atreven a derruirlos con la fuerza de las ideas y quienes los transforman en arte”.



Banksy (Reino Unido)

Banksy es uno de los mejores artistas callejeros del momento. Aunque su identidad real se desconoce, este gaffitero británico ha realizado trabajos alrededor de todo el planeta haciendo crítica mordaz al sistema capitalista. Banksy combina la pintura de aerosol con el uso de plantillas creando un estilo fácilmente identificable. Sus obras, aunque consideras por algunos como vandalismo, son un gran ejemplo de arte urbano. Muchas de sus pinturas se han vendido por miles de dólares y sus graffitis se respetan por orden municipal en varias ciudades. Y es que Banksy ha conseguido llevar el arte callejero a las galerías de arte. 






 

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